Oriente medio : una eterna encrucijada - page 48

Gilberto Aranda y Luis Palma
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Edward Lawrence a quien conoció cuando habían trabajado en Ashmolean
Museum en Oxford. Después se unió al Arab Bureau, Wyndham Deedes
quien había trabajado en el Imperio Otomano, habiendo adquirido un
gran conocimiento sobre los turcos.
Los británicos en Mesopotamia
Los intereses británicos en el Golfo Pérsico se habían establecido a
fines del siglo
XIX
. En 1873 el Sha de Persia, Nasir al-Din le entregó al
Barón Julius de Reuter la concesión por setenta años del monopolio para
la construcción y operación de todos los ferrocarriles y caminos del impe-
rio, más la explotación de todos los minerales y bosques, con la opción en
el futuro, de administrar todas las empresas relacionadas con la construc-
ción de carreteras, molinos, industrias, talleres y obras públicas y, además,
el derecho de cobrar los aranceles aduaneros por 25 años. Reuter se compro-
metía cancelar al gobierno persa el 20% de las ganancias que obtuviera de
los ferrocarriles y el 15% que le brindaran las otras fuentes de ingreso. En
una oportunidad el ex secretario de Estado para Asuntos Exteriores de Gran
Bretaña, Lord Curzon se refirió a las concesiones que otorgó el gobierno
persa en los siguientes términos: «La rendición más completa y extraordina-
ria de todas las fuentes industriales de un reino a manos de un extranjero,
que probablemente jamás soñó y nunca ocurrida en la historia»
30
.
En 1901 el Sha Muzzaffar al-Din, hijo de Nasir, como Reuter después
de dos años había desistido de la exploración de los minerales, le hizo
entrega a otro ciudadano inglés William Knox D’Arcy la concesión por
sesenta años de la exploración del petróleo y del gas en todo el territorio
de Persia. En los primeros años D’Arcy no tuvo éxito y sus fondos comen-
zaron a agotarse, el más interesado en la búsqueda de petróleo era el
almirante John Fisher quien había propuesto al almirantazgo que los nue-
vos buques deberían cambiar su fuerza de energía de carbón por petróleo,
lo que aumentaría –considerablemente– su rendimiento y velocidad. Por
ello el Almirantazgo británico le solicitó a la British Burmah Oil Company
que se asociara con D’Arcy y juntos continuaran la exploración en Persia.
En 1908 los ingenieros de D’Arcy perforaron un pozo enMasji-i-Sulaiman,
cerca de Ahwaz, en el suroeste de Persia encontrando grandes cantidades
de petróleo. De inmediato se formó la Anglo-Persian Oil Company(hoy
British Petroleum), vendiéndose grandes cantidades de acciones. Un oleo-
ducto se extendió desde Ahwaz hasta la isla de Abadan en el Shatt-al-
30
Mansfield, Peter,
op. cit.
, p. 144.
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