Página 260 - Obras completas de don Andrés Bello: Volumen X : Derecho internacional
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DE
LAS PRESAS MARTIMAS
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Fu al
principio
bastante
jeneral
en
los comerciantes ameri
canos
el
errneo
concejdo
de
que
jiodian
retener
sin
menoscabo
los
jrivilejios
de
neutralidad
del carcter
americano
a
pesar
de
su
residencia
i
ocupacin
en
cualquiera
otro
jias.
Este
error
fu
desvanecido
en
gran
nmero de
decisiones
de los tribuna
les
britnicos.
En el
caso
dla Anna
Catharina,
el reclaman
te
ajjareci
como
ciudadano
i
comerciante de
Amrica,
jiero
en
el
curso
de la
causa
result cjue
tenia
su
residencia
i
casa
de
comercio
en
Curazao,
entonces
posesin holandesa;
i
la
corte
fall que
se
le debia
considerar
como
enemigo
al
jirincijiio
de
la
opieracion
mercantil
en
cjue
se
hizo
la
presa,
porque la
Holanda
i
la Oran Bretaa
eran en
aquella
poca
enemigas.
La
regla jeneral
que el
establecimiento
de
una
jiersona
im-
jirime
en
ella
el carcter nacional del
j>as
en
cjue
se
halla
esta
blecida,
no
se
limita
a
los
establecimientos
en
territorio enemi
go,
antes
bien
se
extiende
con
imjiarcialidacl
a
todos los
casos.
As,
un
extranjero
cjue
tiene
casa
de comercio
en
territorio
britnico,
se
mira
como
subdito
de
la
Gran
Bretaa
en
cuanto
concierna
a
las
ojieraciones
mercantiles
de
esta
casa.
Por
con
siguiente,
se
halla
imjio.sibilitado
de
comerciar
por medio
ele ella
con
el
enemigo.
Un
cargamento
perteneciente
a
Mr.
Millar,
cnsul
americano
en
Calcuta,
fu
apresado
en
una
operacin
mercantil
de
esta
esjiecie,
i
condenado
como
propiedad
de
un
comerciante
britnico
empleada
en
un
trfico
ilcito. Se
mira
como
cosa
dura
(dijo
sir
William
Scott)
que
Mr.
Millar
se
halle
comprendido
en
la inhabilidad
de los
subditos britnicos
para
comerciar
con
el
enemigo,
no
estndolo
en
las
ventajas
i
privilejios
afectos
a
semejante
carcter;
pero
no
jiuedo
conve
nir
en
este
modo
de
presentar
la
cuestin,
jxirque
las
armas
i
leyes
britnicas
protejen
su
persona
i
comercio,
i
aunque
est
sujeto
a
ciertas
limitaciones que
no
obran sobre
los
ciudadanos
de la
Gran
Bretaa,
es
necesario
cjue reciba
el
beneficio de
aquella
proteccin
con
todas
las
cargas i
las
obligaciones
a-
nexas a
ella,
una
de las
cuales
es
la
de
no
comerciar
con
el
enemigo.
Del
mismo
principio,
se
sigue
ejue
un
ciudadano
de
nuestrro
estado
goza
de
las
inmunidades
del carcter neutral por lo
to-
