DE LAS
HOSTILIDADES CONTRA
LAS COSAS
DEL
ENEMIGO
225
lejtimo
de
la
guerra.
Lo
mismo decimos
de
las
casas,
fbricas
i
talleres
ele
los
particulares.
Se
arrasan,
pues, los
castillos,
muros
i
fortificaciones,
pero
no
se
hace
injuria
a
los edificios
de
otra
espero,
antes bien
se
toman
jirovidencias
para
jirote-
jerlos
contra
la
furia
i
la licencia del soldado.
No
es
permitido
destruirlos
o
exponerlos
al
estrago
de
la
artillera,
sino
cuando
es
inevitable
para
alguna operacin
militar.*
En el
bombardeo de
una
ciudad,
es
difcil
no
hacer mucho
dao
a
los edificios
jriblicos
i
a
las
casas
de los
jiarticulares.
De
aqu
es
cjue
no
so
debe
proceder
a
semejante
extremidad,
sino
cuando
es
imposible
reducir
de
otro
modo
una
jilaza
im
portante,
cuya
ocupacin
puede
influir
en
el
suceso
de
la
guerra.
7
Se dan
salvaguardias
a
las
tierras i
casas
cpue
el invasor
epuiere
sustraer
a
los
estragos
de
la guerra,
sea
por
piuro
favor,
o a
precio
de contribuciones.
Salvaguardia
es
un
piquete
de
soldados
cjue
proteje
una
hacienda
o
casa,
notificando
a
los
otros
individuos
o
cuerpos
de
su
nacin la
orden
del
jeneral,
que
manda
no
se
le
haga
dao.
La
tropa
emjileada
en
este
servicio de
beneficencia
debe
ser
inviolable
para
el
enemigo.
8
La
captura
blica
nos
conduce
al
derecho
de
postliminio.
Dase
este
nombre
al
derecho
por el
cual
las personas
o
cosas
*
En
el
siglo
pasado,
so
miraba
todava
como
una
barbarie
despojar
ios
palacios
del
enemigo,
tomando
los
muebles,
estatuas,
cuadros,
trofeos
militares,
bibliotecas
i otros
efectos
jireciosos.
Federico
II,
en
la
guerra
de los
siete
aos,
se
crey
obligado
a
justificarse
de
haberse
apropiado
ciertos
cuadros de la
galera
de Dresde.
Recientemente
se
ha
tenido
en
eso
menos
escrjiulo.
Los
franceses
pusieron
a
contribu
cin
las colecciones
de los
pases
que
invadieron,
con
la
mira
de
hacer
a su
patria
centro
de las ciencias
i
de las artes,
reuniendo
en
ella
todas
las
preciosidades
cjue
la
victoria
ponia
a su
alcance. La necesidad
en
que
despus
se
vieron
de
restituir
la
mayor
parto
de
esta
presa,
con
tribuir
talvez
a
restablecer
la
usanza
antigua
de
no
tocar esta
clase
de
objetos.
(Schmalz,
libro
VI,
captulo
3.)
DCH0.
INT.
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