Página 248 - Obras completas de don Andrés Bello: Volumen X : Derecho internacional

DE LAS HOSTILIDADES EN JENERAL 219
mano, los ha vedado bajo las mas severas pienas, i los ha tiz
nado con la nota de infamia.
El envenenamiento es aun mas odioso cpue el asesinato a
hierro, porque sus efectos serian mas inevitables, i por consi
guiente mas funestos al jnero humano. 1 si este modo de hos
tilidades justamente detestado, aun cuando el veneno se em
plea contra determinadas personas, qu ser cuando se admi
nistra en las fuentes i pozos, haciendo recaer la destruccin, no
solo sobre los enemigos armados, sino sobre las personas mas
inocentes? El uso de armas enherboladas es mas tolerable,
porque en l no hai alevosa ni clandestinidad. Sin embargo,
est proscrito entre las naciones cultas. Son jiatentes las per
niciosas consecuencias cjue resultaran de jioner en manos d
los soldados un medio de destruccin, de que es tan fcil abu
sar. Por otra parte, si es preciso herir al enemigo, no lo es que
muera inevitablemente de sus heridas: una vez que se le ha in
habilitado para volver en algn tiempo a tomar las armas, se ha
alcanzado todo lo cjue el derecho de la guerra concede sobre
su persona. En fin, el uso de armas envenenadas, haciendo
mortal toda herida, da a la guerra un carcter infructuosamen
te cruel i funesto, porque, si el uno de los belijerantes enherbo
la sus armas, el otro imitar su ejemplo, i la guerra ser igual
mente costosa a los dos.
Se jiueden cegar las fuentes i torcer el curso de las aguas,
con el objeto de obligar al enemigo a rendirse. Cortar los di
ques para inundar una extensin considerable de pas, haciendo
perecer a los moradores inocentes cjue no han podido prever
esta calamidad, es un acto horrible, que solo podria disculpar
se alguna vez para jirotejer la retirada de un grande ejrcito,
i habiendo precedido una intimacin al enemigo.