268 Investigación en Salud. Dimensión Ética
La comunicación científica
La responsabilidad profesional del inves-
tigador se relaciona con la información
destinada a construir conocimientos ge-
neralizables. Como se ha señalado, éstos
no consisten en información solamente,
sino, más bien, en la estructura que la dota
de sentido social. No hay conocimiento
neutral. La información puede articularse
con fines estéticos, utilitarios, publicita-
rios o teóricos. El conocimiento es “infor-
mación interesada” (la palabra
inter-esse
significa “entre seres”), es decir, que equi-
vale a revelar vinculaciones entre perso-
nas o cosas. El conocimiento es lo que las
instituciones académicas y universidades
construyen, transmiten y atesoran. El co-
nocimiento, no la información, es la sus-
tancia del progreso de las disciplinas cien-
tíficas.
La mayoría de los profesionales del área
de la salud basan sus afirmaciones y con-
vicciones en conocimientos publicados. La
ética de la publicación científico-técnica
también exige responsabilidad y respeto.
De allí deriva su legitimidad. La comuni-
cación pública de un nuevo procedimien-
to diagnóstico o terapéutico debe hacerse
sólo después de comprobar su utilidad y
eficacia.
Debe destacarse la integridad en la obten-
ción y el manejo de los datos que sirven
de base a la información y al conocimien-
to. Por integridad se entiende no solamen-
te la honradez que debe imperar en su
obtención y comunicación, sino también
la calidad de los medios que se usan. Aun
aquellos datos que pueden ser útiles para
el progreso de la ciencia pierden su carác-
ter benéfico y se transforman en simples
medios para obtener prestigio, dinero o
poder, si fueron obtenidos mediante el en-
gaño, la coacción o la falsedad. En este
ámbito, no basta con respetar formalmente
las declaraciones internacionales y las nor-
mas éticas, imperativos para publicar en
revistas prestigiosas. Es necesario estar ple-
namente convencido de que respetarlas es
condición intrínseca del carácter de un
científico responsable, que elige no sola-
mente un medio para obtener recompen-
sas sociales, sino un estilo de vida orienta-
do a acrecentar el conocimiento.
Funciones de las normas escritas
Las codificaciones escritas de la práctica
ética en la investigación presentan varios
aspectos. Por una parte, son textos que
reflejan aspiraciones no necesariamente
evidenciables. Por otra, son sugerencias
para la recta práctica del oficio investiga-
tivo. Finalmente, pueden tratarse como
normas de
aplicación obligatoria(9).
En el tercer carácter se hace un uso inde-
bido de lo que suele ser recomendación.
Especialmente porque, aparte las dificul-
tades para implementar la presunta nor-
ma o castigar su trasgresión, en el estado
actual de la práctica es sencillo simular el
cumplimiento ritual de exigencias tales
como el consentimiento informado o el
análisis de riesgos y beneficios. Habitual-
mente estas exigencias son examinadas por
comités institucionales, científicos y de éti-
ca, de modo que el estadio de la publica-
ción supone un cumplimiento previo por
parte de estos cuerpos colegiados próxi-
mos a la tarea investigadora.
Cabe reconocer que las “instrucciones a
los autores” en la mayoría de las revistas
tiene carácter de aspiración y beneficente
recomendación. Ningún texto puede te-
ner el carácter imperativo que solamente
la conciencia entrenada de los investiga-
1...,258,259,260,261,262,263,264,265,266,267 269,270,271,272,273,274,275,276,277,278,...391