(dicloro,difenil tricloroetano), de gran eficacia para exterminar muchos insectos y de al
parecer baja toxicicidad. Años después se averiguó que este notable compuesto, producía
efectos acumulativos dañinos en el organismo de animales superiores y del hombre. Ex-
terminaba también especies de insectos útiles ocasionando así alteraciones adversas para
los procesos naturales en los ecosistemas. Además se le encontró un efecto carcinógeno
en el hombre.
Por todas estas razones, ha adquirido cada vez más fuerza la idea que el control biológi-
co, mediante insectos depredadores enemigos naturales del insecto dañino en cuestión, o de
virus, bacterias u hongos, es la mejor manera de combatir estas plagas en la naturaleza, idea
que cobra cada vez más fuerza a medida que se han descubierto los efectos deletéreos de los
potentes insecticidas sucesores del DDT, actualmente de uso prohibido en la mayor parte de
Europa y América.
Entre las bacterias usadas para control biológico, una de las más exitosas es el
Bacillus
thuringiensis
muy efectiva en el ataque de ciertos lepidópteros parásitos de algunas hortalizas
y de especies frutales.
En todo caso, el uso del DDT en las zonas afectadas por las acciones bélicas , destruidas,
empobrecidas e históricamente lugares donde se desarrollaban en hombres y animales plagas
de piojos y pulgas vectores de patologías temibles, tales desastres se lograron controlar gracias
al uso liberal del DDT en las poblaciones expuestas e indudablemente miles y miles de vidas
humanas se salvaron.
Se cree que los insectos son capaces de evolucionar continua y rápidamente. Su amplia
distribución se posibilitó debido a su capacidad de volar, su en general, pequeño tamaño, su
casi increíble adaptabilidad, sus huevos bien protegidos y resistentes a condiciones adversas
para muchas otras especies animales.
En general, los insectos presentan múltiples mecanismos y habilidades para sobreponerse
a las adversidades climáticas como las temperaturas extremas y la desecación. Hay mariposas
que despliegan sus alas para recolectar calor antes de volar. Hay polillas que hacen vibrar sus
alas antes de despegar su vuelo. El calor que generan así, lo conservan por la coraza aislante
que le proporcionan a su cuerpo sus pelos y escamas. 38-40 grados C, temperatura muscular
óptima para volar.
La capacidad de las diferentes especies de insectos para ocultarse y camuflarse, ha sido y
es una habilidad fundamental de ellos para sobrevivir y prosperar en ambientes riesgosos. La
coloración protectiva (una que las haga confundirse con el medio) es un mecanismo defensor
frecuente en muchas especies. Otras pueden producir sustancias desagradables en más de un