Iniciativa Latinoamericana para el avance de los Derechos Humanos de las Mujeres II - page 72

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En esta línea, el movimiento feminista y demujeres va a cuestionar y reconceptualizar
la democracia recién conquistada para ampliar los márgenes de los derechos de
las mujeres. Demandarán nuevas pautas de relacionamiento entre hombres y
mujeres, entre público y privado, y entre el Estado y las mujeres
3
. Tal como sostiene
Jaqueline Pitanguy, en América Latina las mujeres van a propiciar un proceso de
disputa para recalificar la democracia, la cual “no se detiene en el ejercicio pleno
de la ciudadanía sino que se hace presente en las prácticas de la vida cotidiana, las
relaciones intrafamiliares, el desempeño laboral, la recreación y el tiempo libre, el
ejercicio de la sexualidad, la reproducción diaria y generacional de la sociedad y,
en fin, en el permanente actuar de niños, mujeres y hombres”
4
.
A partir de la consolidación de diferentes espacios de encuentro y reflexión, que
encuentran su expresión más acabada en el surgimiento de ONGs de orientación
feminista y de mujeres, de redes y organizaciones autónomas y alternativas a las
organizaciones mixtas y de los partidos políticos, este movimiento va a develar el
carácter político de lo privado. Se replanteará las nociones dominantes acerca de lo
público, la política y lo político, avanzando en la reivindicación de transformaciones
culturales que permitan identificar lo personal y la cotidianidad como ámbitos
para hacer política. Desde el discurso de la izquierda van a tratar de redefinir y
articular el proyecto de la lucha revolucionaria contra la explotación de clase, con
la demanda por cambiar los arreglos sexuales de la sociedad patriarcal que definen
las condiciones de exclusión y subordinación de las mujeres en lo público y en lo
privado.
El lema “lo personal es político” va a ser emblemático de este nuevo estado de ánimo,
en el que la noción de poder limitada exclusivamente al Estado o a la relación entre
los grupos sociales, va a sufrir un proceso de dislocamiento y desplazamiento hacia
los espacios “micro” de la vida social. Al mismo tiempo, esta noción de poder va
a permitir cuestionar la centralidad de sujetos ontológicamente privilegiados en
las estructuras de acción colectiva, como la clase o el pueblo, para dar cabida a
una pluralidad de sujetos que se encuentran en una relación de subordinación y
opresión y que, desde distintos lugares de enunciación, son capaces de cuestionar
el orden material y simbólico de la sociedad.
Politizar el mundo privado significó complejizar los contenidos de la democracia,
tematizando situaciones como la violencia doméstica, la división sexual del
trabajo, la doble jornada, las asimetrías de poder entre hombres y mujeres, los
3
ZABALA CANEDO, María Lourdes. Mujeres, Cuotas y Ciudadanía en Bolivia. La Paz, UNICEF-
Coordinadora de la Mujer, La Paz, 1998.
4
LAMUS CANAVAE, Doris “Localización geohistórica de los feminismos latinoamericanos”, [En
línea] Polis,
<
; DOI : 10.4000/polis.1529> [consultado el 09 mayo
2012].
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