Iniciativa Latinoamericana para el avance de los Derechos Humanos de las Mujeres II - page 63

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(que normalmente no pertenecen a ninguna organización de mujeres) y las mujeres
afrocolombianas, por ejemplo.
Solo existe en Colombia una organización de mujeres indígenas denominada
“Mujeres Indígenas Fuerza Wayuú”, que trabaja el campo de las víctimas wayuú
en el contexto del conflicto armado interno. Las demás mujeres indígenas están
organizadas en los espacios de Mujer y Familia existentes en las organizaciones
indígenas regionales. No existe un movimiento de mujeres indígenas en Colombia,
por tanto, los espacios de reflexión, análisis y puntos de encuentro entre las mujeres
indígenas y no indígenas son puntuales y esporádicos, y prima el desconocimiento
mutuo. La necesidad de crear espacios estratégicos y continuados parece esencial
para poder consensuar puntos mínimos y demandas conjuntas.
MM:
Habría, a mi entender, dos áreas de trabajo. Una que cuestione los imaginarios
hegemónicos sobre las diferentes formaciones culturales que frecuentemente
construyen a las etnias y grupos minoritarios como poco civilizados respecto
de occidente y, además, como homogéneos entre sí (esto contribuiría a la no
esencialización de dichas culturas). Asimismo, sería necesario un cuestionamiento
de la sociedad patriarcal en su conjunto, lo que coloca a las mujeres en posiciones
de subalternidad. Un segundo nivel corresponde a la articulación de una amplia
diversidad de personas y grupos para poder conocer cuáles son o serían sus
demandas concretas en términos de políticas más inclusivas; esto es, crear espacios
de participación heterogéneos que permitan conocer las demandas de distintos
grupos, colectivos, poblaciones, etc., para poder, desde allí, hacer propuestas
concretas de políticas que sean consonantes con dichas demandas.
RI:
El diálogo critico intercultural promovido por pensadoras/es no feministas como
CatherineWalsh, Boaventura de Sousa Santos y por feministas como Lorainne Code,
Sylvia Marcos, Margareite Weller y Rosalba Aida Hernandez, junto con prácticas
de autonomía política y personal como el que llevan a cabo las mujeres zapatistas
en México, busca precisamente reconocer que tanto el derecho universal y de
ciudadanía, como los llamados ‘usos y costumbres’, limitan y aportan a la lucha de
las mujeres por una ciudadanía plena.
Respecto a los procesos migratorios y su impacto en la ciudadanía de las mujeres
¿cómo caracterizaría estos impactos? ¿En qué ámbitos se perciben las mayores
consecuencias para las mujeres? ¿Cómo estos impactos inciden en la condición
de ciudadanas?
CG:
Considero que las migraciones internacionales abren nuevas estratificaciones
que no podemos dejar de tener en cuenta al hablar de la ‘ciudadanía de las
mujeres’. No es lo mismo hablar de las abuelas y de las niñas que se quedan en
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