Iniciativa Latinoamericana para el avance de los Derechos Humanos de las Mujeres II - page 32

32
a la casi nula visibilización de los aportes que las mujeres indígenas realizan al
movimiento
51
.
La exclusión de las mujeres se manifiesta, al interior de sus comunidades, en su
mayor vulnerabilidad económica y menor participación política. Esta exclusión se
agudiza si su falta de poder económico y político es justificado con un discurso
que reivindique, bajo demandas de respeto cultural, los roles tradicionales que
las mujeres cumplen en la comunidad. Debiera avanzarse hacia un discurso
que reconozca las condiciones de subordinación de las mujeres en una cultura
determinada, sin negar la propia cultura; hacia una discusión que reivindique los
derechos individuales de las mujeres y, al mismo tiempo, identifique cuáles son las
condiciones del contexto particular que inciden en la exclusión. El punto es no dar
cabida a los prejuicios de una cultura por sobre otra, para enseguida argumentar la
subordinación de las mujeres.
Al respecto, Fraser advierte del riesgo que supone para las feministas atender un
sinnúmero de demandas culturales relacionadas con la clase, la sexualidad, la
nacionalidad y las cuestiones etno-raciales, sin que éstas sean realmente integradas.
Supropuesta es abordar estas diferencias demanera entrecruzada
52
. Estudios enBrasil
muestran estas intersecciones entre género, clase y factores raciales. Por ejemplo,
respecto a las condiciones de vida de mujeres blancas y negras, estudios recientes
muestran que en el 32% de las familias cuyo ingreso principal son mujeres, el
39% corresponde a mujeres de ascendencia racial negra y 30% a mujeres blancas.
Sus niveles educativos son bajos: 18% de ellas ni siquiera terminó sus estudios
primarios. Asimismo, 39% de mujeres negras y 22% de mujeres blancas justifican
el abandono de los estudios por necesidades laborales
53
. Cifras correspondientes
al año 2006 indican que el 21% de las mujeres negras son empleadas domésticas
y sólo 23% de ellas tiene protección laboral. Comparativamente, el mismo estudio
muestra que el 12.5% de las mujeres blancas se emplean como trabajadoras
domésticas y el 30% de ellas cuentan con contrato
54
.
La inclusión puede ser abordada más allá de la aceptación de la diversidad en
las dimensiones políticas y civiles de la ciudadanía. Para las mujeres la inclusión
supone necesariamente corregir la desigualdad. Las políticas públicas en el
continente han recogido el principio de inclusión a partir de la década de los
51 RIVERA, Tarcila. Mujeres indígenas americanas luchando por sus derechos. En: SUÁREZ, Liliana
y HERNANDEZ, Rosalva (eds.). Descolonizando el feminismo: teorías y prácticas desde los
márgenes.
Op. Cit.
52 FRASER, Nancy. Multiculturalidad y equidad entre los géneros. Un nuevo examen de los debates
en torno a la diferencia en Estados Unidos.
Op. cit.
53 VENTURI, Gustavo, RECAMAN, Marisol y OLIVEIRA, Suely (eds.). A mulher brasileira nos
espaços público e privado. São Paulo, Fundação Perseu Abramo, 2004.
54 UNIFEM-IPEA. Retrato de las desigualdades. Género y Raza. 2006.
1...,22,23,24,25,26,27,28,29,30,31 33,34,35,36,37,38,39,40,41,42,...122
Powered by FlippingBook