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Ética, derecho e investigación
tes no es justa. Ello ha precisado definir
reglas para evitar la explotación, el aumen-
to de la injusticia
(9)
o la creación de nue-
vas desigualdades
(6)
.
Hoy en día resulta necesario –particular-
mente en los países en desarrollo, dado su
alto grado de vulnerabilidad– motivar a
sus gobiernos a la implementación de po-
líticas públicas coherentes en materia de
investigación. Para ello, es imprescindible
que, previamente, los problemas de la in-
vestigación hayan alcanzado una cierta
relevancia pública, de modo que la propia
sociedad exija su adecuado control y re-
gulación. De otro modo, los gobiernos
pueden llegar a adoptar políticas que, si
bien teóricamente pueden ser muy atrac-
tivas, en la práctica resultan inviables, por-
que la sociedad en la que pretenden im-
plementarse no ha aprehendido ni
asimilado como necesaria su existencia.
Tales política públicas deben dirigirse a to-
dos quienes, de manera directa o indirecta,
participan de la investigación en el ámbito
nacional, tanto en el sector público como
en el privado. Políticas que debieran pro-
mover la creación de estructuras técnicas,
legales, económicas y sociales que permi-
tieran el desarrollo de la investigación, en
cualquiera de sus tipos, con los más altos
estándares éticos y técnicos, enmaterias que
representan un real interés para la comuni-
dad en un momento determinado.
En este sentido, las políticas debieran con-
templar el establecimiento de un organis-
mo autónomo, integrado por un grupo in-
terdisciplinario de profesionales competentes
y encargados de la implementación, super-
visión y seguimiento. Además, sería conve-
niente que actuara como coordinador en-
tre los distintos organismos, públicos o
privados, que trabajen en investigación, lo
mismo que entre los comités de ética cien-
tíficos.
Deben estas políticas contemplar y facili-
tar la capacitación permanente de los equi-
pos de investigadores y de todos quienes
participan en investigación. Incluso fo-
mentando en la universidades la incorpo-
ración en las mallas curriculares de pro-
gramas de preparación en aspectos éticos
para científicos. De igual forma, y en lo
posible, deben contemplar la implemen-
tación de procesos de acreditación para
quienes participan en investigación, de
modo de contar en el área con personas
de reconocida competencia.
Es importante que dicha política se pre-
ocupe, de manera expresa, por la investi-
gación en animales, fomentando el reem-
plazo, la reducción y el refinamiento como
una forma de ganar conocimiento y pro-
greso para beneficio de la humanidad, y
que ésta sea realizada por personas com-
petentes bajo estándares internacionales de
calidad e integridad de la investigación.
Finalmente, es necesario tener en cuenta
que las políticas públicas van de la mano
con las normas y que, en ocasiones, éstas
preceden a las primeras. Suele suceder que,
en ciertas situaciones, dada la presencia de
un punto de conflicto que precisa de solu-
ción inmediata, para mantener la calma del
grupo social se dictan normas que no ne-
cesariamente obedecen a una política pú-
blica preexistente, lo que hace que, al poco
tiempo, una vez acallado el ruido, se hagan
inoficiosas, poco prácticas e inviables.
Lo óptimo es, entonces, desarrollar pre-
viamente una política y conforme ella crear
normas que permitan su implementación
en la práctica, nunca olvidando que la
norma jurídica, fundamentalmente la ley,
se caracteriza por su contenido general y
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