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te y los que quedaron inconclusos a la espera de su continuación forman
parte de mi vida.
En 1952, Christian publicó un libro titulado “
Das Personverständnis im
modernen medizinischen Denken
”, monografía no superada en ambición y
alcance, que resume las concepciones médicas sobre la persona humana.
Se evidencia el influjo que sobre esa generación tuvo la presencia de Max
Scheler, a quien Christian recordaba en sus aspectos humanos singulares
y de cuyo ideario se nutrió parte de su formación filosófica. Se documenta
allí un tránsito, no siempre fácil, desde las concepciones mecanicistas de la
Grecia clásica a las especulaciones del barroco y finalmente a las novedosas
aportaciones de un Friedrich Krauss o de los eminentes clínicos europeos
con los que mi maestro se formara. Esa monografía tuvo sobre mí un efec-
to catalizador pues, inspirado por sus sugerencias, decidí consagrar parte
de mi tiempo a reflexionar sobre la vertebración histórica de nuestro oficio
médico. Creo que en conjunto con muchos otros libros que leí despertó
en mí la conveniencia de diseñar, sin prisa pero sin pausa, alguna forma
de teoría “para” la medicina (y no “de” la medicina, pues la medicina
es una construcción conceptual), de la que un primer intento –insufi-
ciente por demás– constituyó mi libro “
Proposiciones para una teoría de la
medicina
109
. En ese volumen, que obtuvo en Chile el premio de ensayo
del Concurso del Consejo Nacional del Libro y la Lectura en 1993, reuní
algunos artículos previamente publicados e intenté brindar una fugaz –y
por definición, transitoria– perspectiva sobre mis preocupaciones teoréti-
cas. Los elogiosos comentarios que recibí de muchos anónimos lectores y la
envidiosa recepción de algunas mediocridades que siempre nos recuerdan
nuestra contextura latinoamericana me alentaron a mantenerlo y releerlo
con la finalidad, alguna vez, de acometer en serio la empresa de pensar la
medicina y lo médico desde una perspectiva autónoma. Me quedan las
palabras clave que usábamos como hitos: “patología teórica”, “medicina
antropológica”, “subjetualidad versus subjetividad”, entre tantas otras que
debo contenerme de reproducir aquí.
109 Lolas, F.
Proposiciones para una teoría de la medicina
. Editorial Universitaria, Santiago, 1992.
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