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de la literatura, las ciencias y otros artes, permitiera atisbar algo de las com-
plejidades de la vida y sus trastornos, de la salud y de la enfermedad.
Las conversaciones y sus productos
Se hizo costumbre reunirnos los jueves con Paul Christian a hablar de
medicina antropológica. Al llegar a su casa primero y luego a su retiro del
“Augustinum” en Boxberg-Emmertsgrund ya estaba preparado el café
y las galletas. Yo solía llevar algún apunte que resumía lo que hasta ese
momento habíamos debatido o bien un libro que estuviera leyendo o que,
tomado en préstamo de la biblioteca del profesor, debía ser devuelto. Me
sentaba siempre en el mismo sillón. Tras comentar una que otra noticia
reciente, generalmente del mundillo académico, empezábamos con alguna
formulación provocativa que dijera relación con lo antropológico en me-
dicina y en las ciencias.
En realidad, para hablar de medicina con adjetivos hay que olvidar la medi-
cina. O más bien retornar a los orígenes del arte de curar el cual, si técnica
fue en sus comienzos, no lo fue de instrumentos y artilugios sino de percep-
ciones, persuasiones y relaciones humanas. Ese horizonte antropológico,
postsensorial pero preconceptual, es el reino del “
sensum communis
”, aquel
que consagraran los “aforismos” hipocráticos. Porque medicina eficaz tam-
bién es la de los “
tópoi
”, los lugares comunes, las consejas de la abuela y la
vecina, la taumaturgia del curandero del pueblo, la palabra bella y sanadora
del que escucha con el corazón. Medicina no es solamente, ni siempre,
ciencia y técnica, sino trato humano, comprensión sapiente.
El privilegio de nuestras conversaciones consistía en la libertad de dis-
crepar y de decir todo lo que se sentía o pensaba frente a un determina-
do asunto. La versación de Christian era muy amplia pero me dejaba el
protagonismo en temas neurofisiológicos, que empezamos a discutir con
fruición cuando acometió la empresa de escribir el que sería su último
libro, “
Anthropologische Medizin”
, en cuya redacción final participé con
entusiasmo y satisfacción. Pasajes hay en ese libro que hubieran requerido
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