Otra tendencia estructural del capitalismo - detectada por Rosa Luxemburgo- es retroalimentar el sistema mediante la
inversión de fabulosas sumas de dinero estatal en gastos militares. Es sabido que el astronómico déficit fiscal de los
Estados Unidos, que en 1985 ascendió a más de 200.000 millones de dólares, tiene como una de las causales más
relevantes el plan armamentista, déficit que repercute en la crisis monetaria y el fenómeno del endeudamiento.
Entre las causas coyunturales de la crisis puede indicarse la tendencia al estancamiento del comercio internacional desde
principios de los años setenta y el alza de los precios del petróleo, que lanzó a la banca mundial miles de millones de
petrodólares en la segunda mitad de la década de 1970. A este hecho se sumó otro, también de carácter coyuntural: el
sobrante de capital que existía ya en los países imperialistas, a raíz de las escasas expectativas de inversión planteadas por
el período recesivo que estaba atravesando el mundo capitalista desde 1974.
La segunda recesión generalizada, acaecida en 1980-82, que se extendió a todas las naciones, salvo Japón en cierta
medida, fue otro hecho coyuntural importante. La producción descendió de un diez por ciento como promedio,
especialmente en el rubro automotriz, siderúrgico y petroquímico. Según Mandel, "la depresión económica expresa ante
todo una declinación prolongada de la tasa media de ganancia. Se trata evidentemente de una declinación irregular y no
lineal. El ciclo industrial sigue manifestándose tanto en una onda larga depresiva como en una expansiva. Hemos
conocido fases de auge económico (1971-72, 1976-78) después de fases de recesión (1970) y de recesión generalizada
(1974-75, 1980-82). No obstante estas alzas y bajas, la tasa de crecimiento es inferior a la del período de 1948-68
"
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.
Tres factores confluyeron como precondición del acelerado endeudamiento de América Latina y de otras regiones del
planeta: 1) La transnacionalización bancaria; 2) el flujo masivo de petrodólares y 3) el capital "ocioso" o sobrante de los
centros imperialistas, preexistentes al "boom" petrolero.
La fusión de los monopolios bancarios fue acelerada por la denominada revolución científico-técnica y el incremento de
la competencia industrial y comercial. En 1968 se fusionaron los bancos ingleses Westminter, National Provincial,
Barclays y Martins. En Alemania Federal, de 50 bancos quedaron tres: el Deutsche, el Dresdner y el Kommerz.
Fenómenos similares se registraron en Japón, Francia, Italia, Bélgica y Holanda, además de los grandes monopolios
bancarios de los Estados Unidos.
Los bancos oficiales internacionales de crédito -generalizados en la década de 1960- como el Banco Internacional para la
Reconstrucción y el Banco Interamericano de Desarrollo, empezaron a ser desplazados por la alta banca privada en el
otorgamiento de préstamos. A fines de la década del 70', los créditos de estos bancos cubrieron más del 75% de los
empréstitos, consolidándose así la tendencia a la transnacionalización del sistema crediticio mundial.
La transnacionalización de la banca escapó en importante medida del control de los bancos centrales nacionales,
generando un poder parasitario monopólico como nunca se había dado en la historia del capitalismo.
La liquidación en 1971 de los acuerdos de Bretton Woods (1944) -que establecían paridades fijas, por lo menos entre
monedas de las principales naciones capitalistas- significó la supresión de la convertibilidad del dólar en oro con el fin de
aumentan la competividad de los productos norteamericanos en el mercado mundial. Este proceso fue determinante para
la pronta transnacionalización del sistema financiero. El aumento del crédito pasó a convertirse en uno de los motores de
la economía mundial.
Los déficit de la balanza de pagos de los Estados Unidos y sus cuantiosas exportaciones de capital, que hicieron bajar sus
reservas de oro, crearon una crisis en el sistema monetario internacional, provocando desconfianza en la estabilidad del
dólar.
Celso Furtado anota: "la brusca elevación del precio del oro en todas las monedas y la consiguiente desvalorización del
dólar frente a otras monedas produjo, en los años subsiguientes (a 1971) una inusitada ampliación de la masa de reservas
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Ernest Mandel: "1980-82. Segunda recesión generalizada de la
economí capitalista internacional". Revista INPRECOR, París, 23-
04-1982, Nº124, p. 10.
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