período fue asfixiada la industria que trabajaba con el mercado interno, al mismo tiempo que se estimulaba una política
monetarista y, fundamentalmente, especulativa.
En rigor, el régimen totalitario logró mantenerse a flote en lo económico gracias a la renta del cobre, base del proceso de
acumulación capitalista en Chile. Hay que destacar que ningún gobierno en la historia de Chile, salvo los dos últimos de
la presidencia de Salvador Allende, luego de la nacionalización del cobre en 1971, han gozado de la renta total del cobre
como el de la dictadura militar, contando además con la ventaja de haber alcanzado este mineral los precios más altos de
su historia en el mercado mundial.
La redistribución de est renta a ciertos sectores de la burguesía permitió la emergencia de la fracción especulativa
financiera y del sector de las empresas de exportación no tradicional.
Primera fase: 1973-1985
Desde septiembre de 1973 a marzo de 1975 hubo una aguda recesión económica, con la consiguiente cesantía que
alcanzó a cerca del 30%; reducción del gasto público mediante el despido de más de 200.000 empleados; aumento de la
tributación para enfrentar el déficit fiscal. A pesar del control de precios, la inflación llegó al 39% en 1974.
En un intento de frenar la inflación, el neoliberalismo económico, estimulado por los "Chicago Boys", implantó un
tratamiento de "shock" entre abril de 1975 y junio de 1976. Los gastos fiscales volvieron a disminuir en un 27%,
produciendo una caída de la inversión pública. Los "monetaristas" plantearon, asimismo, una fuerte contracción de las
importaciones. De todos modos, el proceso recesivo se profundizó pues la producción industrial cayó en un 28% en
1975, la inflación siguió muy alta y los salarios reales sufrieron un deterioro del 40% respecto de 1970.
Entre 1976 y 1979 se implanta el modelo de exportación-importación, insertado en el proceso de reajuste de la nueva
división internacional del trabajo. Las exportaciones no tradicionales aumentaron de 750 millones de dólares en 1974 a
1.619 en 1980. Pero al mismo tiempo crecieron las importaciones, cuyos aranceles bajaron a menos del 10%, agravando
la crisis de las industrias que trabajaban con el mercado interno, como textiles, calzado, etc.
La dictadura militar y la alta burguesía comenzaron a hablar del milagro económico, confundiendo un relativo
crecimiento de las exportaciones no tradicionales con la superación real de la recesión. Juan Manuel Reveco sostiene: "a
pesar del exitismo prevaleciente hasta 1982 y de la estrecha relación entre el gobierno y los grupos económicos, el
proceso de acumulación se debilitó. Ello se debió al carácter del modelo, por el sesgo deliberadamente financierista que
se le imprimió a la economía nacional
"
94
.
En esta fase de apogeo de la política monetarista y de las especulaciones de las casas financieras, como las de Cruzat,
Larraín, Vial, etc., es cuando crece vertiginosamente la deuda externa, como lo veremos más adelante, pues esa política
económica estimuló a las casas financieras a endeudarse.
Hacia mediados de 1979, la optimista valoración del aumento de las exportaciones y la baja de la tasa de inflación
condujo a adoptar dos medidas que precipitarían la crisis de 1981-82. Estas dos medidas fueron: la fijación del tipo de
cambio nominal y la
profundación del endeudamiento
, como puede apreciarse en el siguiente cuadro, en
millones de
dólares al 31 de diciembre de cada año:
1975 1977 1979 1981 1983 1985
4.854 5.201 8.484 15.153 17.431 19.318
94
JUAN MANUEL REVECO: Deuda externa y capitalización: análisis
de la normativa de conversión, PRIES, Cono Sur, Nº15, Santiago,
enero 1988, p. 17.
1...,36,37,38,39,40,41,42,43,44,45 47,48,49,50,51,52,53