papel decisivo en la cuestión financiera y en el proceso de endeudamiento externo.
El Estado en América latina ya no sólo cumple funciones relacionadas con la emisión de moneda y otorgamiento de
créditos, sino que también especula con las divisas fuertes, devalúa la moneda nacional a su arbitrio, el que generalmente
coincide con los intereses de la fracción burguesa en el poder .
Entre las nuevas funciones que cumple el Estado es necesario destacar su papel en el circuito de la deuda externa. negocia
y contrata empréstitos. En la última década se ha hecho cargo de los préstamos otorgados a las empresas privadas. Es, por
ende, el único aval ante la banca transnacional.
Como expresión de la denominación de clase, el Estado capta y redistribuye los préstamos extranjeros en favor de las
fracciones más importantes de la burguesía, pasando de este modo a desempeñar la función de deudor externo y acreedor
interno.
La deuda externa y el nuevo carácter de la dependencia
El salto cuanti-cualitativo de la deuda externa ha determinado un cambio significativo en el carácter de la dependencia. A
la enajenación de gran parte de nuestras riquezas básicas, se suma ahora una deuda que refuerza las relaciones de
dependencia y nos subordina de un modo nuevo al capital transnacional. La dependencia actual ya no se reduce al
intercambio desigual y la control de nuestras materias primas e industrias, sino que también se expresa en la alienación de
las monedas nacionales al servicio de una economía mundial "dolarizada" y en una deuda tan fabulosa que compromete
la soberanía nacional, hipotecando indefinidamente nuestras economías.
La deuda externa y la cuestión nacional
Las implicaciones enajenantes, provocadas por el endeudamiento, replantean en un nuevo contexto la cuestión nacional.
A la antiguas y siempre permanentes consignas de nacionalización de las empresas extranjeras y de ruptura de los pactos
militares con el imperialismo, se suma ahora una tarea antiimperialista nueva; el no pago de la deuda externa. La cuestión
nacional en América latina y el Caribe ha cobrado una nueva dimensión con una deuda externa de por sí impagable. Se
impone entonces incorporar la deuda externa a la cuestión nacional a través de adecuado procedimiento teórico.
La deuda externa como obstáculo del cambio y su relación con una teoría propia de la Economía Política
latinoamericana
Carecemos de una teoría propia de la Economía Política latinoamericana que puede dar cuenta de la especificidad de este
subcontinente.
Así como no tenemos una teoría de la historia de nuestras sociedades, de sus períodos de transición, de las
particularidades de la relación etnia-clase en esta tierra indoafro-latina, de sus modos de producción y formaciones
sociales, del origen específico de las clases sociales y de la lucha de clases, de la formación y desarrollo del Estado
nacional, tampoco contamos con una Economía Política capaz de analizar, entre otros problemas fundamentales, la deuda
externa como factor enajenante de la soberanía nacional.
La reiterada inspiración en el modelo europeo ha bloqueado a la mayoría de nuestros investigadores, que parecen no
darse cuenta que los grupos no tienen una teoría de la Economía Política de carácter universal. de hecho, es una teoría
eurocéntrica de la Economía Política.
Y si no ¿cómo explicarse el fenómeno insólito de haber ignorado durante un siglo la importancia del endeudamiento
mundial? ¿Por qué no se ha profundizado en torno a la deuda externa como parte de nuestra peculiar cuestión nacional?
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