DETENCIN
DE
LOS
EXTRANJEROS
4:.
7
II
Los
seores
Agreda
i
Goitia,
en
El
Mercurio
del
23
de di
ciembre
de
1842,
contestando
a
nuestro
artculo del
16,
afirman
que,
no
hai
una
lei
universal, inmutable,
de
las
naciones,
que
sea
obligatoria
a
toda la
raza
humana;
i
que
la lei
internacional,
si
bien deriva
ele
la
justicia
universal
algunos
de
sus
principios,
como
que
se
aplica
a
comunidades
independientes,
que
no
reco
nocen
superior,
necesita
del
consentimiento de
stas,
para
que
les
sea
obligatoria,
piues
de lo
contrario,
no
tiene
para
ellas
fuerza
verdadera
i
legal;
proposicin
en
que
no
podemos
en
contrar
el
menor
viso
plausible,
porque
equivale
a
decir
que
toda
justicia
i
todo deber
entre
proeblos
independientes
emana
de
su mero
consentimiento.
Segn
esto,
si
un
estado
ejecuta
un
acto
cualquiera
de
que resulta dao
a
otro,
no
ser
resjion-
sable
de
este
dao,
si
acjuel
acto
no
le
est
prohibido
por
una
lei
jiositiva
o
por
un
tratado suyo.
Con
qu
derecho
se
podria
reclamar
una
indemnizacin?
Manifestadnos
(podra
contestar
se
a
los
reclamantes),
manifestadnos la
lei.
nuestra
que
nos
jirohiba
la
conducta
que
nos
echis
en
cara;
no
hemos
estipu
lado
con
vosotros
abstenernos de
ella;
i
no
reconocemos
mas
justicia
que
la
que est escrita
en
nuestros
cdigos
i
en nues
tros
pactos
nacionales. Esa
justicia
universal
e
inmutable
de
cjue
nos
hablis,
aplicada
a
nosotros,
comunidad
independien
te,
cjue
no reconoce
superior,
necesita
de
nuestro
consenti
miento
jiara
cjue
jiueda
obligarnos,
i
sin
l
no
tiene
para
no
sotros
una
fuerza
verdadera
i
legal.
Querramos
saber
si
esta
contestacin
no
sera
enteramente
conforme
al
principno
que
rechazamos;
i
desearamos
ademas
cjue
se
nos
dijese
si
habra
sobre
la faz
de la
tierra
un
gobierno
ejue, armado de sufi
ciente fuerza
piara
hacerse
respetar,
se
resignase
a
tolerar
una
injuria
cjue solo lo fuese
por
contravenir
a
la
justicia
na
tural,
i
no
a
las
leyes
o
pactos
del
injuriador.
Nos
parece,
pues, incontestable que
hai
reglas
de
derecho
internacional
que,
sin
el
jirevio
consentimiento de
las
naciones,
las
obligan.
Pero
como
los
seores
Agreda
i
Goitia
nos
remi
ten
a
su
Nueva
Defensa
estampada
en
El Mercurio
del
20,
1...,467,468,469,470,471,472,473,474,475,476 478,479,480,481,482,483,484,485,486,487,...637