Página 300 - Obras completas de don Andrés Bello: Volumen X : Derecho internacional

DE LA BUENA FE EN LA GUERRA 273
nante; i el principie no tiene derecho para exijirlos ele sus
subditos. Limtase, piues, a emplear en l a los que volunta
riamente se lo ofrecen, movidos jior el aliciente ele una recom
pensa pecuniaria. No le es lcito corromper la fidelidad de los
subditos del enemigo ni abusar de su hospitalidad para descu
brir sus secretos.
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Por punto jeneral, la seduccin de los subditos del enemigo
para que cometan actos de infidencia, i sobre todo para que
traicionen una confianza especial depiositaela en ellos, entre
gando, verbigracia, una pilaza, o revelando los secretos del
gobierno, es un medio reprobado por la lei natural, por inducir
a un crimen abominable. Cuando mas, dice Vattel, pudiera
excusarse esta prctica en una guerra injustsima, i para salvar
la piatria amenazada por un conquistador inicuo. Vattel cree
tambin cpue nos es lcito aceptar los servicios de un traidor que
espontneamente nos los ofrece; pero el hacernos cmplices do
un delito i premiarlo es en realidad incitar a l. Lo nico que
puede decirse a favor de semejante conducta, es que est tole
rada.
Admitiremos, sin embargo, primero, que el ejemplo del
enemigo nos da licencia para obrar de esta suerte, porque un
estado que seduce los ciudadanos de otro, vulnera l mismo
los derechos sagrados de la soberana, i relaja en cierto modo
las obligaciones de sus propios subditos; i segundo, que, si se
introduce la divisin en el estado enemigo, podemos mantener
intelijencia con uno de los partidos para lograr una paz equi
tativa por su medio; porque esto viene a ser lo mismo que
valemos del auxilio de. una sociedad independiente.
Se llama intelijencia doblo la de un hombre que aparenta
hacer traicin a su partido para engaar al enemigo i sorjiren-
derle. Es un acto infame iniciar de propsito deliberado esta
esjiecie de tratos. Pero, si el enemigo es epuien da jrincijiio a
ellos tentando la fidelidad de los subalternos, pueden stos, o
espontneamente o por mandado de sus jefes, finjir que clan
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