Página 229 - Obras completas de don Andrés Bello: Volumen X : Derecho internacional

CONSIDERACIONES JENERALES 199
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Sigese hablar de los instrumentos de la guerra,* bajo cuyo
ttulo entendemos aqu las personas que componen la fuerza
armada de mar i tierra. El derecho de jentes se limita a con
siderar esto punto en cuanto puede poner en conflicto los de
rechos de diversos estados.
1. Toda potencia puede alistar en sus ejrcitos a los extran
jeros que voluntariamente se presentan a servirle en ellos: se
llaman mercenarios los que, no estando domiciliados en el
pas, sientan plaza bajo ciertas condiciones. Como no deben
servicio alguno a un soberano extrao, sino en virtud del pac
to de enganche, es necesario cumplirles puntualmente lo pro
metido, i si se les falta a ello, piueden retirarse i abandonar el
servicio de un principie infiel; piero bajo todos los otros respec
tos contraen jior su voluntario empeo las obligaciones de los
soldados nativos. No se deben confundir con los mercenarios
los auxiliares, esto es, las tropas quo un soberano suministra
a otro, para cjue le sirvan en la guerra.
2. Como el derecho de alistar trojias jiertenece exclusiva
mente al soberano, no se puede sin su piermiso hacer reclutas
en su territorio para el servicio ele otro estado; i el cpue contra
viene a esta regla, aunque solo em jilee la seduccin, se hace
culjiable de plajio o hurto de hombres, i se expone a la pena
de muerte. El soberano que autoriza este delito en las tierras
de otro estado, le hace una injuria que podria mirarse como
justo motivo de guerra.
3. Los extranjeros transentes estn exentos de todo servi
cio militar compulsivo.
4. Aunque los extranjeros domiciliados no tienen derecho a
igual exencin, no es costumbre obligarlos a alistarse en la
tropa de lnea, i lo mas cjue suele exijirse de ellos es el servicio
en los cuerpos cvicos o guardias nacionales, que por lo comn
toman poca o ninguna parte en las operaciones ele la guerra.
Ni a los extranjeros domiciliados, ni aun a aqullos que han
* Vattel, libro III, captulo 2.