Página 222 - Obras completas de don Andrés Bello: Volumen X : Derecho internacional

192 DERECHO INTERNACIONAL
o la satisfaccin de una injuria evidente, i ejue la guerra sea
ya el nico arbitrio cjue nos cpueda para lograrlo.
El incremento de poder de un estado no autoriza a los otros
a hacerle la guerra, a pretexto del peligro que amenaza a su
seguridad. Es preciso haber recibido una injuria, o hallarse
visiblemente amagado, para que sea permitido el recurso a las
armas. No se debe objetar que la salud pblica es la suprema
lei del estado. El poder i la intencin de hacer mal no estn
necesariamente unidos. Solo, pues, cuando una potencia ha
dado pruebas repetidas do orgullo, i de una desordenada
ambicin, hai motivo para mirarla como un vecino peligroso.
Mas aun entonces no son las armas el nico medio de precaver
la agresin de un poderoso estado. El mas eficaz es la confe
deracin de otras naciones, cpue, reuniendo sus fuerzas, se
hagan capaces ele equilibrar las ele la potencia que les causa
recelos, i de imponerle respeto. Se puede tambin pedirle ga
rantas, i si rehusase concederlas, esta negativa la hara fun
dadamente sospechosa, i justificara la guerra. ltimamente,
cuando una potencia da a conocer sus miras ambiciosas, ata
cando la independencia de otra, o llevando sus demandas mas
all ele lo que es justo i razonable, es lcito a las dems,
aun en el derecho interno, despus de tentar los medios jiac-
ficos interponiendo sus buenos oficios, favorecer a la nacin
oprimida.
Cuando un vecino en medio de una paz profunda construye
fortalezas sobre nuestra frontera, equipa escuadras, junta
numerosos ejrcitos, provee sus almacenes, en una palabra,
hace preparativos de guerra, tenemos derecho para solicitar
que se explique i nos d a conocer la causa de ellos, i aun
para pedirle seguridades, si se nos ha hecho sospechosa su
buena fe. La negativa sera suficiente indicio de malos de
signios.
No se debe mirar como justo motivo de guerra la conducta
viciosa o criminal de una nacin, siempre ejue no viole o pion-
ga en pieligro los derechos perfectos ele otra. Nada producira
mayores inconvenientes cpue la. facultad que algunas potencias
se han arrogado de castigar a un pueblo independiente, eri-