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Cap´ıtulo 24. Los mercados del trabajo y del cr´edito en el ciclo econ´omico
m´as dif´ıcil monitorear e incentivar el esfuerzo, y habr´a que pagar un salario
superior. Esto se ha comparado con la idea de la fuerza de reserva de Karl
Marx, en el sentido de que un nivel de desempleo elevado es un mecanismo
disciplinador sobre los trabajadores, por la amenaza de caer en el desempleo.
Los salarios de eficiencia han recibido cr´ıticas. La m´as importante es co-
nocida como la cr´ıtica de los bonos, en el sentido de que las empresas pueden
otorgar bonos de productividad para inducir esfuerzo, sin necesidad de poner
un salario r´ıgido. Es decir, hay esquemas salariales que pueden ser mejores
e inducir apropiadamente esfuerzo. Por ejemplo, una pr´actica muy usada es
pagar un salario fijo relativamente bajo, y el resto un salario variable (o bono),
dependiendo del rendimiento. Sin embargo, el uso de bonos tambi´en tiene sus
l´ımites.
24.2. Creaci´on y destrucci´on de empleos
El mercado del trabajo es el lugar donde se juntan trabajadores que ofrecen
empleos con empresas que ofrecen puestos de trabajo. Este proceso es costoso
y descentralizado. Por lo tanto, no es adecuado pensar que en cada per´ıodo el
mercado del trabajo toma a toda la fuerza de trabajo y empleos disponibles,
y encuentra el equilibrio que determina el salario y el empleo. Este ha sido el
enfoque tradicional para estudiar el mercado del trabajo, tanto en las teor´ıas
walrasianas de equilibrio, como en las keynesianas con rigideces de salarios. Si
bien en muchos contextos esta simplificaci´on es ´util, como marco general no
es realista.
Por lo anterior, crecientemente se ha adoptado como est´andar para entender
el mercado del trabajo —y en particular la tasa de desempleo— el
an´alisis
de los flujos desde y hacia el desempleo
, en lugar de mirar a todo el stock
de trabajadores y empleos. De hecho —como veremos a continuaci´on— hay
mucha acci´on en materia de creaci´on y destrucci´on de empleos, a pesar de que
la tasa de desempleo sea constante. En este contexto, podemos entender el
desempleo como una transici´on —no necesariamente exenta de costos— entre
empleos.
En el cuadro
se presenta los flujos de empleo para un conjunto de
pa´ıses. A pesar de que las fuentes de informaci´on son heterog´eneas y que
la cobertura es, en algunos casos, el sector industrial, y en otros, la econom´ıa
agregada, el cuadro muestra que hay mucha acci´on en el mercado del trabajo, a
pesar de que los cambios netos sean peque˜nos. Para entender el cuadro, veamos
el caso de Brasil. En un a˜no promedio, entre 1991 y el 2000, se crea un 16% de
los empleos. De este 16 % casi la mitad —es decir, 7,2 puntos porcentuales—
corresponde a la creaci´on por empresas que entran, lo que se muestra en la
columna (2). Por lo tanto, los restantes 8,8 puntos corresponden a creaci´on
en empresas existentes. La columna (3) indica que 14,9% de los empleos se
De Gregorio - Macroeconomía
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