Aldunate, a fines del siglo pasado, de $22.672.650 en bonos del Banco de Valparaíso $14.881.450 pertenecían a
extranjeros; en el Banco Nacional de Chile, de $22.463.200 más de 8 millones correspondían a europeos. Una cuota muy
alta de los depósitos a la vista o a corto plazo "pertenecen al comercio extranjero. Tan sólo en la plaza de Valparaíso, en
la cual hay de cincuenta a sesenta millones de pesos depositados en sus distintas oficinas bancarias, se estima que un 70
a75 por ciento corresponde al comercio extranjero"
33
.
Los ingleses también invirtieron capitales en las tierras magallánicas, comprando cientos de miles de hectáreas que
destinaron a la exportación de ganado lanar. También eran dueños de los ferrocarriles del Norte y otras empresas que les
permitían girar anualmente a la metrópoli más de 2 millones de libras esterlinas. Los capitales ingleses invertidos en el
salitre ascendían a unos 10.700.000 libras esterlinas en 1909, cifra que se elevó considerablemente años después,
consolidando el tipo de economía de enclave minero, que se había generado a fines del siglo XIX.
Las explotaciones mineras fueron la columna vertebral de la economía; el salitre en manos inglesas y el cobre en poder
del capital monopólico norteamericano. El 85% de las exportaciones provenía de la minería; sólo el salitre proporcionaba
el 60% de los ingresos fiscales por concepto de derechos de xportación.
La burguesía criolla aprovechó el auge salitrero promoviendo una serie de negocios a través de la creación de compañías
anónimas, muchas de las cuales terminaron en fraudes contra los incautos accionistas. Un testigo de la época escribía: "Se
lanzan sociedades ganaderas y salitreras al mercado, se valorizan antiguos negocios deprimidos y una fiebre de agio, de
especulaciones atrevidas y muchas veces inmorales, domina el mercado en una loca tendencia al alza, que después se
convertirá en una catástrofe en la que perecen muchas fortunas y caen en la miseria muchos hogares, mientras se
improvisan afortunados especuladores"
34
.
Esta "fiebre" de negocios de la primera década del presente siglo fue estimulada por un aumento inusitado del capital
circulante. Las retiradas emisiones de papel moneda aceleraron el ritmo del proceso inflacionista y contribuyeron a crear
un ambiente de riqueza artificial en el que se podían realizar toda clase de operaciones especulativas.
Este ambiente fue captado por el escritor Luis Orrego Luco en su novela
Casa Grande
, cuya acción transcurre en el
Chile del 900. Detrás del argumento destinado a criticar el matrimonio burgués de conveniencia, está la intención de
mostrar el comportamiento del sector de la clase dominante dedicado a la especulación en la Bolsa de Santiago: "La bolsa
era inmensa mesa en la cual todos jugaban por el momento al alza (...) Querían ser ricos de golpe, sin trabajo, sin
esfuerzo. Ahí estaban las tres o cuatro fortunas de salitreros y mineros improvisados (...) Y los Bancos seguían prestando
dinero a manos llenas (...) La venta de acciones a plazo permitía un uso casi ilimitado del crédito (...) Los millones
amontonados en Bancos para la conversión de la moneda en 1905 salían a la cancha, incrementados por nuevas e
inesperadas emisiones. Las sociedades se formaron a destajo, locamente y sin examen, suscritas al minuto (...) Pero,
luego, y de como súbito, comenzó la baja de valores. La cajas de los Bancos se encontraban exhaustas y los deudores no
pagaban siquiera intereses de sus créditos. Se pronunciaron quiebras y grandes capitalistas comenzaron a crujir"
35
.
La deuda externa experimentó un sensible aumento, a pesar de que el Estado gozó de altos ingresos por concepto de
derechos de exportación de la minería. En lugar de destinar el incremento de los ingresos fiscales al pago de la
amortización e intereses de la deuda externa, los gobiernos contrajeron nuevos empréstitos. El presidente Jorge Montt
33
Luis Aldunate Carrera: "La situación económica de Chile
entre los años 1892 y 1894" en "Estudios de Historia de las
Instituciones Políticas y Sociales", Nº2, p. 313, Santiago, 1967.
34
Manuel Rivas Vicuña: Historia Política y Parlamentaria de
Chile. Tomo I. Reimpresión de la Biblioteca Nacional, Santiago,
1964, p. 90.
35
Luis Orrego Luco: Casa Grande. Imprenta Nascimento,
Santiago, 3ªedición, 1934, p. 196 a 202.
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