los gastos de defensa, en especial las adquisiciones de buques y mejoría de los puertos"; 2) la fase de 1914-1920, "en la
cual se interrumpe el acceso al financiamiento externo, sobre todo a causa de la Primera Guerra Mundial"; y 3) "a partir
de 1921, en que se reanuda la contratación de empréstitos en el exterior en forma ininterrumpida hasta 1930 y en el cual
vuelve a manifestarse un mayor peso del endeudamiento
"
43
.
La repercusión de la crisis mundial de 1929 en Chile obligó a suspender el pago de la deuda externa en 1931.
Con las reformas introducidas por la misión norteamericana Kemmerer, el Banco Central, creado en 1925, "empezó a ser
utilizado por el gobierno más que como un regulador del circulante, como liquidador de empréstitos pendientes y
proveedor de cambios para servir la Deuda Externa
"
44
.
El capital monopólico internacional utilizó este proceso de endeudamiento para presionar a la burguesía criolla con el fin
de apoderarse de las materias primas que aún estaban en su poder las salitreras que quedaban en manos del Estado fueron
rematadas por los capitalistas ingleses. Las que estaban en poder de los salitreros criollos pronto fueron vendidas a las
empresas imperialistas.
Años después de la caída de Balmaceda (1891) quedaban todavía chilenos que reivindicaban el proyecto nacionalista del
presidente que se atrevió a enfrentar los apetitos voraces del capital financiero extranjero. Luis Aldunate Carrera hacía en
1894 llamados públicos para que "ni una oficina, ni una sola pulgada más de terreno salitrales deberían entregarse al
capital colonizador de Tarapacá"
45
Su llamado no tuvo eco. Los sectores más reaccionarios de la burguesía criolla habían
triunfado sobre Balmaceda en 1891 precisamente para liquidar planes nacionalistas y reforzar la alianza con el
imperialismo inglés mediante la entrega de la principal riqueza del país.
Un economista y político de ese tiempo transcribe en uno de sus libros parte de una carta remitida por un chileno desde
Iquique: "Llegamos a Tarapacá hace quince años con el cambio de 36 1/2
peniques y dimos nueva vida a la industria salitrera; hoy día tenemos un cambio de 12 peniques y somos aquí extranjeros
porque dejado salir de nuestras manos las propiedades que se formaron con nuestros capitales. Y sin embargo, tenemos la
necesidad de llamarnos: los ingleses de Sudamérica
"
46
.
Este proceso de entrega de materias primas básicas se extendió al cobre. El imperialismo norteamericano se apropió de
los ricos yacimientos que en un tiempo pertenecieron a capitalistas nacionales pujantes, como José Tomás Urmeneta a
mediados del siglo XIX. Las minas de "El Teniente" en 1905, de "Chuquicamata" y de Potrerillos en 1920 pasaron a
manos de las empresas norteamericanas.
En los enclaves mineros comenzó a surgir el sector más combativo del proletariado chileno. Su principal portaestandarte
ideológico y organizativo, Luis Emilio Recabarren, en su carácter de presidente de la Federación Obrera de Chile
(FOCH) escribía el 30 de agosto de 1919 a su compañero Luis Alberto Martínez que "el mineral de Chuquicamata, que
ha sido terrible feudo de los yanquis democráticos, no pudo trabajar ayer, pues el paro fue total. Nuestras Federaciones se
robustecieron poderosa y rápidamente".
La respuesta obrera a la redobla explotación de las empresas extranjeras elevó el grado de enfrentamiento social a niveles
43
Andres Sanfuentes: La Deuda Pública Externa..., op. cit., p.
18 y 19.
44
S. Villalobos, O. Silva, F. Silva y P. Estellé: Historia de
Chile. Ed. Universitaria. santiago, 1974. Tomo 4, p. 765.
45
Luis Aldunate Carrera: ob. cit., p. 236.
46
Francisco Valdés Vergara: Problemas económicos de Chile.
Valparaíso, 1913, p. 205.
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