al rococó parisino a la Alhambra de Granada, a las villas florentinas y a las casas estilo Luis XV. Este popurrí de estilos
arquitectónicos
se completaba en el interior de las mansiones con las mezclas más variadas de jarrones chinos junto a alfombras persas,
cristales Murano, mármoles de Carrara y cuadros de las más diversas escuelas pictóricas.
Nunca podrá cuantificarse la
fuga de capitales
hacia Europa no sólo por la compra de artículos suntuarios sino también
por las operaciones bursátiles que hicieron los burgueses latinoamericanos en sus largas y frecuentes estadías en Europa.
Sarmiento escribía en 1833: "Nuestra colonia argentina en París es notable por la belleza de las damas (...) Los dandys
argentinos toman así posesión de París. Lo que más distingue a nuestra colonia en París son los cientos de millones de
francos que representa, llevándole a la Francia no sólo el alimento de sus teatros, grandes hoteles, joyerías y modistos,
sino verdaderos capitales que emigran, adultos y barbudos, a establecerse y a enriquecer a Francia. En este punto
aventajan las colonias americanas en París a las colonias francesas en Buenos Aires. Estas vienen a ser su 'magot'
mientras que las nuestras llevan millones allá
"
15
.
Muchas de estas familias, en cierta medida descapitalizaron a nuestros países con esta fiebre de viajes hacia las "uropas",
aspiraban a casar a sus hijas con miembros de la nobleza en decadencia. A los Canaleja -familia satirizada por el novelista
chileno Alberto Blest Gana a fines del siglo XIX- les molestaba en París "tener relaciones sociales con los de su raza. La
idea de buscar un título nobiliario, aunque fuera inventado por algún fabricante de abolengos, empezaba a sonreírles con
una mala tentación"
16
.
Blest Gana, que vivió en aquel tiempo varios años en Europa, pudo apreciar de cerca las costumbres de la burguesía
latinoamericana, su escala de valores y sus modelos de status social, entregando un relato que constituye un testimonio de
inapreciable valor para el estudio del comportamiento de la clase dominante, corresponsable del acrecentamiento de la
deuda externa.
La consolidación del
Estado en América Latina
fue estimulada por las metrópolis europeas que necesitaban Estados
relativamente estables y capaces de garantizar el pago de los empréstitos extranjeros que sólo el Estado podía garantizar
su pago, poniendo como aval las entradas de la Aduana, que en la mayoría de los países superaba el 50% de los ingresos
fiscales. Cuando el Estado
dejaba de pagar las amortizaciones e intereses de la deuda externa podía sufrir agresiones militares extranjeras, como
ocurrió en los casos de México, bajo el gobierno de Juárez, y de Venezuela, durante la presidencia de Cipriano Castro
(1902).
Esto demuestra que el Estado en el siglo XIX jygaba un papel más importante del que se supone respecto a la economía.
Practicaba el "dejar hacer, dejar pasar", según la teoría librecambista de la época, pero no por eso dejó de jugar un papel
relativamente activo en la economía, estimulando el desarrollo de los puertos, servicios de correos, ferrocarriles y
comunicaciones. Organizó también el sistema métrico decimal y el régimen monetario. Alentó la creación de bancos
particulares; fijaba los derechos de exportación e importación, controlaba las entradas del fisco y redistribuía la renta
aduanera, obviamente en beneficio de las fracciones de la clase dominante.
DEUDA EXTERNA DE CHILE (1860-1890)
15
Domingo Faustino Sarmiento: Artículo de "EL Nacional",
Buenos Aires, 30 de mayo de 1833.
16
Alberto Blest Gana: Los transplantados. Ed. Gadnier. París,
1904. Tomo I, p. 41.
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