A partir de la década de 1880-90, los capitalistas extranjeros comenzaron a tener una creciente injerencia en los bancos y
en las sociedades anónimas. Jonh Thomas North fundó "The Bank of Tarapacá and London" con un capital de un millón
de libras esterlinas. El desarrollo de las sociedades anónimas refleja en gran medida las áreas de inversión de capitales en
ese período. Mientras las sociedades anónimas agrícolas se mantuvieron estancadas en once millones de pesos, las
relacionadas con la minería crecieron entre 1880 y 1890 de $ 35.653.000 a $ 60.979.000. En esta misma década, las
sociedades financieras se duplicaron y las del transporte y comunicaciones aumentaron de $ 22.810.000 a 29.493.000
19
.
Los gobiernos liberales favorecieron a los bancos prestándoles de los fondos fiscales sumas de dinero a un 2% de interés,
capitales que los bancos utilizaban para hacer préstamos a los particulares a un 8 ó 9% de interés.
El proceso inflacionista, iniciado en 1870, se expresó en una sostenida caída del peso: de 45 peniques en 1870 a 24
peniques en 1890. Para contrarrestar los efectos de la baja de precios en el mercado mundial, la burguesía exportadora
había recurrido en reiteradas ocasiones al expediente más fácil: presionar al gobierno para la devaluación periódica de la
moneda.
El 29 de julio de 1878, el presidente Aníbal Pinto dictaba la ley de incorvertibilidad de los billetes de banco. Los bancos
resultaron directamente favorecidos porque los billetes emitidos adquirían un curso forzoso, al suspenderse la conversión
metálica. Dicho de otro modo, el papel moneda se hizo inconvertible. Para justificar esta medida, los bancos
argumentaron que la disminución de sus reservas les impedía la conversión de los billetes, ocultando que poco antes de
dictarse la ley de inconvertibilidad los directores del Banco Chile se habían otorgado fuertes préstamos. Esta descarada
especulación agravó la crisis monetaria. El 1º de abril de 1879, el gobierno decretaba la primera emisión fiscal de billetes
por un total de seis millones de pesos. Nuevas emisiones en 1880 y 1881 por valor de 28 millones de pesos triplicaron el
circulante.
La burguesía exportadora, además de la bancaria, fue la principal beneficiaria de la depreciación del peso chileno y la
implantación del régimen "papelero". Obtenían libras esterlinas por la venta del cobre, salitre y trigo y pagaban sus
gastos, especialmente a los trabajadores con pesos devaluados. "Los hacendados -decía un economista de la época- en
estos anhelos de depresión monetaria, han estado siempre acompañados por los mineros (...) Estarían muy contentos si el
papel moneda valga lo menos posible para obtener por sus productos la mayor suma de pesos
"
20
.
Diez empréstitos
se encontraron entre 1866 y 1889 por un monto total de 17.518.312 libras esterlinas, de las cuales
entregaron solamente 15.959.919, sin considerar la deducción por comisiones, corretajes y otros gastos, según consta en
las Memorias de Hacienda. Lastarria manifiesta el 9 de julio de 1867 en la Cámara de Diputados: "Hoy tenemos
empeñadas en el servicio de nuestras deudas las tres cuartas partes de nuestras entradas anuales
"
21
.
Empréstitos entre 1865 y 1889
22
19
Luis Escobar Cerda: El mercado de valores. Santiago, 1959,
p. 52.
20
Roberto Espinoza: Cuestiones financieras, citado por Agustín
Ross: Chile 1851-1910. Sesenta años de cuestiones monetarias y
financieras. Valparaíso, 1910, p. 130.
21
José Victorino Lastarria: "Discurso sobre la necesidad de
contestar el discurso de apertura del Congreso Nacional", Separata
del Congreso, Santiago, 1867.
22
Memorias de Haciendas, varios años.
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