Página 381 - Obras completas de don Andrés Bello: Volumen X : Derecho internacional

DE LAS CONVENCIONES RELATIVAS AL ESTADO DE GUERRA 355
za al otro para renovar las hostilidades, si no es cjue haya esti
pulado que el infractor se sujete a una pena; en cuyo caso, si
se allana a sufrirla, subsiste la tregua, i el ofendido no tiene
derecho a mas.
En los convenios de tregua, es necesario determinar el tiem
po con la mayor precisin, sealando, no solo el dia, sino hasta
la hora de su principio i terminacin. Si se dice de tal dia a tal
dia, es importante aadir inclusiva o exclusivamente para
epuitar todo motivo de disputa. Cuando se habla de dias, se debe
entender el natural, cpue comienza i acaba al levantarse el sol.
Si no se ha fijado el principio de la suspensin de armas, se
presume que empieza al momento de piublicarse. En todo caso
de duda acerca de su principiio o su fin, debe interpretarse el
convenio en el sentido mas favorable, cpue es el que evita la
efusin de sangre, prolongando la tregua.
El efecto de toda tregua es la suspensin de las hostilidades.
Podemos, pior consiguiente, hacer en ella, i en los lugares de
cpue somos dueos, o dentro de los lmites prescritos por la
convencin, todo lo que es lcito durante la paz: levantar tro
pas, hacerlas marchar do un piunto a otro, llamar auxiliares,
reparar fortificaciones, etc. Pero no es lcita durante una tre
gua ninguna de aquellas operaciones que perjudican al enemigo,
i que no hubieran podido emprenderse sin peligro en medio de
las hostilidades; verbigracia, facilitar el ataque o defensa de una
plaza sitiada, continuando acjuellos trabajos exteriores, en que,
si no fuese por la tregua, tendramos que exponernos al fuego
de nuestro enemigo.
Si el objeto de la tregua es reglar los trminos de una capi
tulacin, o aguardar rdenes de los soberanos respectivos, el
sitiado no debe aprovecharse ele ella para recibir socorro o mu
niciones en la jilaza, pues el espritu de semejante pacto es que
las cosas subsistan en el mismo estado en todo aquello cjue hu
biera podido impedirse pior la fuerza contraria. En una suspen
sin de armas para enterrar los muertos despus de un ataque,
nos sera permitido recibir socorro por un paraje distante de
aejuel en que estn los cadveres, o mejorar la posicin ele nues
tras fuerzas haciendo mover la retaguardia, porque los efectos