Página 354 - Obras completas de don Andrés Bello: Volumen X : Derecho internacional
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RESTRICCIONES
IMPUESTAS POR
EL
DERECHO DE
LA
GUERRA
327
que
imponen
al comercio
neutral,
la
aplicacin
del
jirincipio
lle
ga
a no
tener
otro
lmite que
la
fuerza;
de
lo
cjue
nos
ofrece
repetidos ejemplos
la historia de
las
guerras
entre
la Gran
Bre
taa
i
la Francia.
Sobre
la
especie
ele
talion de
cpue
se
trata
en
este
artculo,
se
fundaba
en
piarte
el
clebre
decreto
de
Berln,
de 21
de noviembre
de
1806,
en
que
el
emperador
Napolen
prohibi
todo
comercio
i
comunicacin
con
las islas
britnicas,
declarndolas
en
estado de
bloqueo,
i
ordenando
cjue
ningn
bajel
cjue
procediese
directamente de
Inglaterra
o
de dominios
ingleses,
o
que
hubiese estado
en
cualquier
punto
sujeto
a
In
glaterra,
fuese
recibido
en
jiuerto
alguno.
Esta
rigorosa
pro
videncia,
segn el
decreto
imperial,
era
justificada
por el dere
cho natural de
oponer
al
enemigo
las
mismas
armas
de
cjue
l
se
servia;
i
como
la
Gran
Bretaa
declaraba
plazas
bloqueadas,
no
solo
aqullas
delante de las
cuales
no
tenia
ni
un
solo
buque
de
guerra,
sino
costas
dilatadas
que todas
sus
fuerzas
navales
eran
incapaces
de
bloquear,
hemos resuelto
(decia
Napolen)
aplicar
a
la
Inglaterra
los
usos
cjue ella
ha
consagrado
en su
lejislacion
martima. El
decreto,
sin
embargo,
daba
una exor
bitante
latitud
al
talion,
porepue,
ji rescindiendo de
si
eran o
n
exactos
los hechos
que
se
alegaban
contra
Inglaterra,
nadie
jamas
haba
jiretendido
que los neutrales
contribuyesen
a
la
ejecucin
de
un
bloqueo,
real
o
nominal,
cerrando
sus
puertos
a
las
naves
que lo hubiesen
violado.
Condenbase
ademas
como
buena jiresa,
no
solo toda
propiiedad
britnica,
sino
toda
mercadera
de
produccin
o
fbrica
inglesa,
sin
distincin
algu
na.
No
se
limitaba,
pues,
aquel
nuevo
sistema
a
exijir
de
los
neutrales
lo cjue stos
de
grado
o
por
fuerza
toleraban
a
la In
glaterra.
La
misma
regla
fu
reconocida
en
la
orden del
consejo
bri
tnico de 7
ele
enero
ele
1807,
expedida
a
consecuencia
del
de
creto
citado. La
Inglaterra
alegaba
tener
un
derecho
irrecusa
ble
para
retorcer
contra
la Francia la
proscripcin
de
todo
comercio.
Era
repugnante
(decia
la
orden)
seguir
semejante
ejemplo,
i
llegar
a un
extremo
ele
que
deba
resultar
tanto
dao
al
comercio de las
naciones
que
no
habian
tomado
parte
en
la
guerra;
mas,
para
pirotejer
los
derechos
ele la Gran
Bretaa,
era
