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Ética de la investigación en ciencias sociales
de la atención, que el paciente busque
atenderse con médicos que le presenten
información más optimista o con menor
profesionalismo, es decir, puede haber in-
formación falsa o alarmante, que se dirija
a promover un procedimiento diagnósti-
co o terapéutico innecesario o con riesgos
excesivos, o la negación del paciente por
cuestiones económicas
1
.
Investigación observacional sin consenti-
miento informado
: La investigación obser-
vacional a menudo se lleva a cabo sin el
conocimiento o el consentimiento de los
individuos estudiados (problema de inva-
sión de privacidad). Se justifica la obser-
vación sin consentimiento informado sólo
si: a) la investigación consiste solamente
en observaciones de comportamiento sin
la posibilidad de identificar sujetos indi-
viduales; b) las observaciones son hechas
en un lugar público, o c) la información
obtenida es suficientemente importante
para la ciencia o la salud pública y no hay
otra metodología que pudiera ser usada
para obtener información.
El uso del engaño(6)
: El engaño en las inves-
tigaciones sociales representa un problema
ético, ya que el sujeto no puede usar propia-
mente el consentimiento informado.
Uno de los estudios más notorios que uti-
lizó el engaño fue el realizado por el psi-
cólogo social Stanley Milgram
(7)
, quien
reclutó sujetos para un experimento de
aprendizaje. A los voluntarios se les dijo
que algunos serían maestros y otros apren-
dices; los primeros estaban a cargo de en-
señar una lista de palabras a los segundos.
A los maestros se les indicó administrar
choques eléctricos con un creciente grado
de dolor cada vez que el aprendiz come-
tiera un error. Sin embargo, el propósito
real del experimento no era estudiar el
aprendizaje, sino la obediencia hacia la
autoridad. Milgram estaba muy interesa-
do en saber si había algo de verdad en las
afirmaciones de criminales de guerra na-
zis, quienes declararon haber hecho atro-
cidades debido a que sus superiores les
habían ordenado hacerlo. Sin que los su-
jetos participantes lo supieran, todos fun-
cionaron en realidad como “maestros”.
Los aprendices eran cómplices del experi-
mentador que fingían ser sujetos escogidos
aleatoriamente. Además, en realidad no se
administraron choques en ningúnmomen-
to: se engañó a los maestros para que cre-
yeran que los gritos de dolor de los apren-
dices y sus solicitudes de ayuda eran reales.
Cuando se les indicó que incrementaran la
severidad de los choques, algunos de los
participantes dudaron; sin embargo, cuan-
do el experimentador les indicó proseguir,
ellos continuaron. Incluso siguieron dan-
do choques de dolor a los aprendices más
allá del punto en que ellos rogaban que se
les liberara del experimento. Muchos de los
sujetos obedecieron sin cuestionar al expe-
rimentador y ninguno salió del laboratorio
disgustado o protestando.
La notable obediencia se comprobó una y
otra vez en diversas universidades donde
se repitió el experimento. Esto dio lugar a
un enojo público, que se centró en el ma-
lestar y daño psicológico que pudo haber
causado el engaño a los participantes en el
estudio. Sin embargo, Milgram realizó
varios estudios de seguimiento con los
sujetos y no encontró efectos negativos.
Al final de cada sesión experimental se
desengañaba a los participantes presentán-
dole al aprendiz para mostrarles que no le
1
Figueroa JG.
Algunas reflexiones sobre las dimen-
siones éticas de la investigación social sobre salud.
Presentado en el VII Congreso Latinoamerica-
no de Ciencias Sociales y Salud, México, 2000.
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