Iniciativa Latinoamericana para el avance de los Derechos Humanos de las Mujeres II - page 17

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Los grupos excluidos o minorías no corresponden necesariamente a grupos menos
numerosos de la sociedad, sino que han sido definidos así en razón de las situaciones
de desventaja que experimentan en el terreno económico, social, político o en otro
ámbito. Esta situación de desventaja sitúa a estos grupos en un lugar de menor
poder en comparación con otros actores de la sociedad. El rasgo característico
de un grupo en desventaja puede ser visible o no. Hablamos de aspectos visibles
cuando éstos se basan en características perceptibles como es el caso de la raza
y la discapacidad. Por otro lado, hablamos de rasgos no visibles cuando nos
referimos a condiciones como la orientación sexual y la pertenencia a una religión.
En esta relación de desventaja operan un conjunto de representaciones sociales
que se cristalizan en actitudes y valoraciones diferenciadas para distintos grupos
de personas. Operan de esta manera los prejuicios y estereotipos que se traducen
en un trato discriminatorio. Este tipo de prácticas provocan que diferencias antes
difusas se conviertan en diferencias evidentes, fomentando las relaciones de poder
entre grupos y la perpetuación de las desigualdades.
Es posible señalar también que la desigualdad es un elemento central en el estudio
de las democracias. En efecto, el principio de igualdad es una de las coordenadas
de las sociedades modernas, convirtiéndose en un factor determinante para el
sistema democrático.
Las demandas indígenas y étnicas son formuladas en la línea del reconocimiento
del pluralismo cultural. Una manera de definir el pluralismo es entenderlo como
igualdad para la diversidad.
Esto también puede ser entendido como un factor que
fortalezca las democracias, por cuanto los derechos de grupo, que dan cuenta de
las diferencias culturales, pueden ser compatibles con los principios de libertad
individual y justicia social
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.
La controversia entre derechos culturales y derechos universales forma parte de
las revisiones contemporáneas de la ciudadanía. A las dimensiones civil, política y
social de la ciudadanía, hoy podría agregarse la dimensión cultural.
Según Nancy Fraser, el modelo de una democracia multicultural debiera propender
a la equidad entre los géneros, entre regiones y entre grupos étnicos. Para Verena
Stolcke las diferencias sexuales o étnicas, en sí mismas, no constituyen un parámetro
de desigualdad, a menos que a estas diferencias se les asigne un valor simbólico
14 KYMLICKA, Will. Derechos individuales y derechos de grupo en la democracia liberal. [En línea]
Isegoría. Revista de Filosofía Moral y Política. No. 14 (1996), pp. 5-36.
[Consulta: 16 de septiembre de 2010].
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