Iniciativa Latinoamericana para el avance de los Derechos Humanos de las Mujeres II - page 15

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Las revisiones de este concepto han arrojado nuevos significados.
En las últimas décadas la ciudadanía ha sido un punto de convergencia de
expectativas y estrategias políticas. Esto se explica por dos razones. Por una
parte, habría una dimensión normativa que protege las libertades y garantiza los
derechos ciudadanos, y por otra, una dimensión sustantiva, que se relaciona con
las expectativas de la ciudadanía, es decir, con el goce efectivo de estos derechos.
La tensión entre el discurso normativo y la práctica social es lo que se traduce en
las luchas por ampliar los alcances y contenidos de la ciudadanía
9
. En definitiva, las
estrategias en este campo son un intento por llevar adelante proyectos que recojan
las expectativas e intereses ciudadanos.
Las expectativas sustantivas exigen el respeto de los derechos humanos y de un
conjunto de condiciones que garanticen un estándar mínimo de bienestar social.
En el trasfondo de esta discusión está el peso de la desigualdad económica en la
desigualdad política. Dicho de otro modo, este supuesto permite evaluar cómo la
desigualdad económica se constituye en un factor de exclusión para determinados
grupos.
En el debate contemporáneo se habla de nuevos tipos de desigualdades. Éstas no
sólo se reducirían a desigualdades clásicas de carácter redistributivas o basadas en
la falta de protección de derechos. Además, apuntarían a derechos de grupos, cuyo
reconocimiento o falta de protección los sitúa en el lugar de las minorías: minorías
sexuales, indígenas, étnicas y culturales. También estas nuevas desigualdades se
relacionan con brechas temáticas generadas por la globalización, como las que se
vinculan con el acceso y uso de las nuevas tecnologías y los procesos migratorios.
Desde la perspectiva liberal, la aspiración por la igualdad de derechos individuales
pasa por la desatención a las diferencias. Por el contrario, una visión comunitarista
concibe la ciudadanía asociada al reconocimiento de la diversidad. Entre ambas
perspectivas hay matices e intersecciones. Igualdad y diversidad pueden ser
comprendidos como conceptos “interdependientes y no antagónicos”
10
. Lo que
nos diferencia en tanto ciudadanos podría relacionarse con nuestra experiencia
subjetiva y con la pertenencia a una comunidad política específica.
Para algunos autores, la funcionalidad de la democracia estaría asociada a la
Nación. Esta funcionalidad se traduce en lo que O’Donell llama las dos caras de
9
MONSIVÁIS, Alejandro: La ciudadanía a debate: memoria, no-dominación y esfera pública. En:
RODRÍGUEZ, Ileana y SZURMUK, Mónica (eds.). Memoria y Ciudadanía. Santiago, Editorial
Cuarto Propio, 2008.
10 TOURAINE, Alain. Igualdad y diversidad. Las nuevas tareas de la democracia. Segunda edición
en español, México DF., F.C.E., 2000.
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