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Introducción
El trabajo de los científicos no puede se-
pararse de sus propias ambiciones y aspi-
raciones. La investigación está condicio-
nada e influenciada en cada etapa por
valores personales, profesionales y socia-
les. Mantener la calidad y la integridad de
la investigación es una de las responsabili-
dades primarias de los científicos
(1)
.
La interdependencia cada vez mayor en-
tre ciencia, gobierno e industria, y el au-
mento del poder de la tecnología para cam-
biar el ambiente natural, han planteado
nuevas preguntas sobre las responsabilida-
des sociales y profesionales de los investi-
gadores. Por ello, los aspectos éticos de su
quehacer preocupan a la sociedad, en es-
pecial cuando se relacionan con la salud.
La investigación médica no es un suple-
mento opcional en la agenda profesional;
se ata de cerca a la naturaleza fundamen-
tal de la empresa hipocrática: “El día que
dejamos de hacer investigación es el día
en que dejamos de vigilar sobre el sufri-
miento causado por las insuficiencias de
nuestros métodos actuales
(2)
”. Así, una
profesión médica responsable realiza in-
vestigación clínica sobre sujetos humanos
e investigación básica en la función bioló-
gica y humana.
El desarrollo científico, tecnológico y so-
cial de este último período produjo rápi-
dos cambios en las ciencias biológicas y
en la asistencia sanitaria. El público, más
informado, toma conciencia de sus nece-
sidades de bienestar y hace más evidentes
sus demandas por una mayor responsabi-
lidad por parte de la comunidad científi-
ca. Esto se ha manifestado, por ejemplo,
en la adopción de regulaciones por gobier-
nos del mundo entero para la seguridad
en el trabajo de laboratorio y en el trata-
miento de seres humanos y animales en
investigación
(3,4)
. Es importante recor-
dar que la autonomía profesional no es un
derecho, sino, más bien, un privilegio con-
cedido por la sociedad. A cambio de éste,
ella espera que la comunidad científica
contribuya al bienestar social y conduzca
sus asuntos de manera consecuente con
altos valores y con “responsabilidad cien-
tífica”, entendida esta última como un
comportamiento responsable en la inves-
tigación básica, en la comunicación de sus
resultados y en el uso del conocimiento.
Un investigador es un agente moral que
participa en la creación y/o la difusión del
conocimiento en nombre de la socie-
dad
(5)
. Sin embargo, debe considerarse
que la noción de ciencia es culturalmente
limitada y que sus connotaciones difieren
en distintas sociedades. Además, los cien-
tíficos cumplen en sus respectivas comu-
nidades papeles distintos y esa diferencia
debe ser elaborada y estudiada para los fi-
nes del control social y ético de la investi-
gación científica
(6)
.
Dentro del contexto de esfuerzos científi-
cos y técnicos, y en el mismo ámbito de
discusiones sobre la investigación cardia-
XV. Bioética e investigación en odontología
María Angélica Torres-Quintana
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