232 Investigación en Salud. Dimensión Ética
lo que los vincula significativamente en la
vida social. Desde este punto de vista, la
coexistencia de intereses, lejos de consti-
tuir una rareza, es muy frecuente y mere-
ce especial atención por parte de los pro-
fesionales y los científicos.
El conflicto de interés produce condicio-
nes en que el juicio de un investigador,
supuestamente guiado por un interés pri-
mario declarado, personal o institucional,
se encuentra sesgado o influenciado por
un interés secundario. Un conflicto de
interés implica que la motivación públi-
camente declarada para una acción o una
intervención se ve desvirtuada o modifi-
cada por una intención diferente, a me-
nudo no manifiesta.
El conflicto de interés no es en sí mismo
inmoral, pero puede llevar a que se come-
tan faltas de ética. Se pueden dar conflic-
tos de interés al iniciarse un proyecto, al
diseñar un estudio, al analizar los datos o
al informar y diseminar los resultados.
Pueden ser de carácter financiero o de otro
tipo; pueden afectar la integridad de la
investigación, el monitoreo de su desarro-
llo o la publicación de los resultados.
Algunos ejemplos de conflictos
de interés
Los conflictos pueden sistematizarse se-
gún a quien afecten. Para el investigador
es conflictivo recibir incentivos indebi-
dos o tener intereses comerciales relevan-
tes a los resultados de la investigación.
Para los miembros del comité de evalua-
ción, científica o ética, puede llevar a
conflicto ser parte de la investigación,
tener vínculos financieros con los patro-
cinadores, trabajar en la misma área del
proyecto en evaluación o tener interés en
su impacto futuro. Para las instituciones
el conflicto puede revestir la forma de
presión para protegerse frente al públi-
co, preocupación por la reputación o el
prestigio, necesidad de promover intere-
ses financieros o de mercadeo, o presión
para apresurar la evaluación. El patroci-
nador está expuesto a requerir que los
resultados sean positivos para sus intere-
ses o productos, o bien a disminuir los
costos del estudio contratando personal
de inferior calidad u obligando a omitir
algunos controles.
En ningún caso, estos diferentes actores
y agentes del proceso investigativo son los
únicos que pueden protagonizar conflic-
tos de interés. Existe hoy una amplia re-
sonancia de los resultados de la ciencia
en la opinión pública. Su difusión por
los medios masivos, como la televisión o
la prensa escrita, es también fuente de
conflictos, toda vez que el traspaso y la
“traducción” de la investigación de fron-
tera en dato público involucra a perso-
nas que, sin ser productoras de conoci-
miento original, crean formas derivadas
de conocimiento. Los periodistas y co-
municadores sociales, los políticos, los
planificadores, todos pueden tener, en re-
lación con los resultados del proceso in-
vestigativo, conflictos de interés. La cien-
cia no compete solamente a las personas
que se dedican a ella; constituye una red
de relaciones sociales con diversas moti-
vaciones según el ángulo de observación,
la posición del observador y el contexto
del análisis. En cada uno de los espacios
del complejo social de la ciencia son po-
sibles conflictos de interés, especialmen-
te si es ciencia relacionada con la vida y
la salud humanas.
En ocasiones es difícil determinar la exis-
tencia de un conflicto de interés. A veces
se trata solamente del juicio subjetivo de
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