102
términos de la bipersonalidad, tan inaplicable como un socialismo po-
lítico unilateralmente establecido. El crecimiento sano y autónomo de
estas formas de organización requiere de libertad para su desarrollo, que
sólo puede adquirirse considerando a los miembros. Tengamos en cuenta
la historia social para determinar la corrección de este argumento. Por
ejemplo, parece demostrado históricamente
87
que la influencia aislada de
las fuerzas productivas lleva al cambio social. Porque un orden social se
encontraba en descomposición y porque cambios espirituales y políticos
habían acontecido primero, se ha podido desarrollar la técnica sin vincula-
ciones sociales. Las fuerzas sociales contrarias se han desarrollado entonces
no con sino contra la técnica y necesariamente como un “malentendido
correlativo” en el sentido de la dinámica tripersonal.
2. Otro hecho fundamental de la bipersonalidad: el involucramiento en
la relación personal está dado de antemano. Sería un error considerar la
relación como “ejercida” por una orientación del interés o mecanismos de
vinculación. Tampoco existe entre los tres elementos de organización del
trabajo un sistema externo específico de dirección o adaptación, ya que no
es posible ni deseable crear tal adaptación si no se genera a partir del traba-
jo mismo. Es por tanto errado intensificar la relación entre empresariado y
técnica, por una parte, o entre técnica y trabajadores, por la otra, con me-
dios que no se encuentren en el encuentro mismo y se hayan desarrollado
a partir de éste. La política laboral desde 1900 es un tesoro para demos-
trar la exactitud de esta afirmación, por ejemplo, la errada especulación
de un socialismo humanitario y compasivo, tal como se ha desarrollado
“de arriba hacia abajo” en sistemas económicos capitalistas como medidas
complementarias para solventar urgentes demandas sociales (contratando,
por ejemplo, “ingenieros sociales”). En semejante dirección se encuentran
los errores de querer influir mediante artificiosas medidas educacionales,
psicológicas o morales. Cada política social directa y caprichosamente for-
87 E. Michel, citado antes, y M. Scheler en “
Wissensformen und die Gesellschaft
”: “El espíritu
de la ganancia ilimitada, que tras la eliminación de la economía medieval de subsistencia
se limitó por la competencia, promovió el racionalismo técnico y llevó a la entrada de la
técnica y luego a su hegemonía”.
1...,93,94,95,96,97,98,99,100,101,102 104,105,106,107,108,109,110,111,112,113,...148