Página 529 - Obras completas de don Andrés Bello: Volumen X : Derecho internacional

TRATADO CON LA GRAN BRETAA 55
de este sistema; hablamos solo de la claridad i facilidad que
lo caracterizan. Lo que complica los tratados, como todas las
leyes, son los privilejios, las excejxones: ellas producen ade
mas irritaciones i celos; dsele que no se prefiere a nadie, a
nadie se da motivo de queja.
Pero (se rejilica), si concedemos a una repuiblica hermana un
favor especial a trueque.de otro equivalente, las piotencias que
han estipiulado con nosotros una igualdad jeneral, querrn, con
razn o sin ella, participar del mismo favor, i esto sera ciarles
un piretoxto plausible piara cpue nos inquietasen con pretensio
nes injustas. A esto hemos resjiondido de antemano. Si la
Inglaterra u otra nacin jioderosa tuviese miras ambiciosas
sobre nosotros, le sobraran pretextos sin necesidad de buscar
los en una estipulacin ejue ciertamente no los ofrece plausi
bles jiara dar color a pretensiones injustas. La igualdad uni
versal exije cjue, si se concede algo a uno, se conceda lo mismo
a todos: gratuitamente, si la concesin es gratuita; i mediante
la misma compensacin, si se otorga un favor en cambio ele
otro. No diremos que esta regla no pueda interpretarse injusta
i arbitrariamente; no hai regla alguna cpue, en manos de un
poderoso que no respeta la justicia, no sea susceptible de vio
lentarse i torcerse: lo ejue decimos es ejue esa regla es de las
menos expiuestas a suministrar pretextos plausibles; i cjue la
nacin ejue, prevalida de sus fuerzas, quiere hacernos injuria,
podr siempire paliarla i colorearla, bien o mal, valindose de
otros medios infinitamente mas flexibles, i mas a piropsito piara
sus fines. Desde que suponemos pioder e intenciones sinies
tras, no hai seguridad piara los dbiles; i lo mismo es que ten
gan pactos con el poderoso injusto, como cpue no los tengan; o
si hai alguna ventaja, es en favor de los pactos, porque stos,
cuando menos, aaden a las obligaciones jenerales de la razn
i de la justicia, la sancin esjiecial de la norma reconocida i
de la piromesa solemnemente empeada, que, dgase lo que se
quiera, algo valen.
Se dice que, por el tratado con la Gran Bretaa, enajenamos
un derecho; el derecho de conceder favores especiales a quienes
epueramos; i que, por tanto, es falso que por el tratado no se