Página 510 - Obras completas de don Andrés Bello: Volumen X : Derecho internacional
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CONGRESO
AMERICANO
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nal
en
que
no
sera
mui
difcil
convenirse;
i
ciertamente las
determinaciones
ejue
recayesen
sobre
ellos
no nos
parecen
cosas
tan
insignificantes
que
mereciesen
llamarse de
pura
forma.
El
ministro
de
relaciones
exteriores ha
indicado
en su
Me
moria la
navegacin
interior
dlos
grandes
rios
cjue
baan
di
versos
estados.
Basta echar la
vista
sobre
un
mapa de la Amrica
Meridional jiara
percibir
hasta
eju
punto
ha
cjuerido
la
Pro
videncia
facilitar el
comercio
ele
sus
jiueblos
i
hacerlos
a
todos
una
sociedad
de hermanos.
Estampada
est
en
nuestro
con
tinente
con
caracteres
indestructibles
la alianza de
familia
cjue debe
unir
a
todas
las
naciones
cjue
ocujien
sus
inmensas
rejiones.
Pero
nosotros
no vemos
en
este vasto
sistema
acu
tico
una
posesin
exclusiva,
un
medio de
unin
entre
los
sur-
americanos
solos: abierto
a
todas las naciones comerciantes
del
globo,
proporcionara
un
aumento
de
ventura
al
jnero
humano,
facilitando
la
inmigracin,
i
con
ella la
poblacin
ele
extendidos
espacios,
abundantes
de
producciones
preciosas,
i
ahora,
o
del
todo
desiertos,
o
pasajeramente
ocupados
jior
tri
bus
salvajes;
i
con
ella,
la
pacificacin
i
civilizacin ele
esas
mismas
tribus;
i
con
ella,
el
comercio,
la industria
i
la
rique
za
de
todos.
Las
vnicas
objeciones
de peso
se
refieren
a
las relaciones
jiolticas
con
las
piotencias
europeas;
i
nosotros
no
estamos
distantes de
convenir
que sera
jieligroso
establecer por base
la
intervencin
a
mano
armada
en
las
contiendas
cjue
piudie-
ran
sobrevenir
entre
cualquiera
de
los
estados
confederados
i
cualquiera
ele las
grandes
potencias
de
Europa,
i
no
solo
nos
inclinaramos
a
mirarlo
como
jieligroso,
sino
como
irrealiza
ble. Pero
creemos
al mismo
tiempo
cjue
la
confederacin
piu-
elicra
emplear
con
fruto
otros
medios que el
de
la
fuerza abier
ta:
el
de la
mediacin,
por
ejemplo;
i
creemos
en
la
eficacia
de
estos
medios
sin
contar
jiara
ello
con
otra
cosa,
que el
nteres
de
las
jiotencias
europeas. Todas las
naciones
fuertes han abu
sado
i
abusarn de
su
poder;
no
hai
congreso
en
el
mundo
cjue
pueda
oponer
resistencia
eficaz
a una
lei que
tiene
su
orjen
en
la
constitncion
moral del hombre. Pero
no
jioclr
