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JUSTICIA ESPADA

YA NO ESTÁ SOLA:

LA INSERCIÓN DE LA

MUJER EN LA FCFM

POR PATRICIO ACEITUNO G.

Decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile

FOTO FELIPE POGA

L

a Facultad de Ciencias Físicas y Matemá-

ticas (FCFM) de la Universidad de Chile

tuvo un absoluto predominio masculino

desde su creación, en 1842, hasta por lo menos

mediados del siglo XX, en el contexto de una ins-

titución que no se caracterizó por ser particular-

mente activa en la promoción de la educación de

la mujer. Por el contrario, de los tiempos remotos

cuando la Universidad de Chile era la responsable

de administrar la educación secundaria de todo

el país, quedaron registradas en los Anales las ne-

gativas del Consejo Universitario a solicitudes de

padres para que sus hijas estudiaran en colegios

de hombres en localidades donde no existía uno

de mujeres, bajo argumentos de resguardo de la

moral y las buenas costumbres.

Con frecuencia se otorga a Justicia Espada Acuña

Mena el mérito de haber abierto el camino a la mu-

jer en la formación de ingeniería cuando obtuvo su

título de ingeniera civil en 1919, siendo la primera

en lograrlo en el país y en Sudamérica. Lo cierto es

que su caso fue una absoluta anomalía dentro de

una realidad invariable en las siguientes décadas.

Hubo que esperar otros 14 y 23 años antes de que

Rosario Jaques Barra y Dora Antilo Ceppa obtuvie-

ran también el título de ingeniera civil en 1933 y en

1942, respectivamente.

Al cumplirse el centenario de la Facultad en 1942

se habían titulado 290 profesionales de Arquitec-

tura, de los cuales 20 eran mujeres (6,9%). Sin em-

bargo, hasta entonces la participación femenina en

la formación de ingeniería era ínfima: las tres mu-

jeres tituladas como ingenieras civiles constituían

sólo el 0,2% de 1.218 graduados durante esos 100

años. La situación no cambió significativamente

durante las décadas siguientes. Hasta 1960 sólo

siete mujeres obtuvieron el título profesional: Li-

lia Montt Araya, ingeniera civil 1953; Carmen

Hochfarber Ramírez, ingeniera civil 1955; Denise

Laree Granger, ingeniera civil 1957; Beatriz Levi

Dresner, ingeniera civil de minas 1958; Raquel

Alfaro Fernandois, ingeniera civil 1959; Eliana Al-

mendras Carvajal, ingeniera civil de minas 1960; y

Cecilia Verdejo Rojas, geóloga 1960.

La masculinización que caracterizaba a la Facultad

en esos años, con una presencia femenina anecdó-

tica en el cuerpo estudiantil y nula entre los profe-

sores, condicionaba diversos aspectos de la vida en

el campus. Por ejemplo, no existían baños para las

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P.P. / Nº3 2016 / Dossier