ESTEREOTIPOS
DE GÉNERO
POR ALEJANDRA MIZALA
Directora Centro de Investigación Avanzada en Educación
Académica Ingeniería Industrial, Universidad de Chile
FOTO FELIPE POGA
E
n muchos países, las mujeres participamos
menos en las ciencias exactas y las tecnolo-
gías. En 2012, sólo un 14% de las mujeres
que ingresaron por primera vez a la universidad en
los países de la OCDE eligió un área de estudio re-
lacionada con ciencias comparado con un 39% de
los hombres. Pero incluso dentro de las ciencias exis-
te segmentación por género, de acuerdo a los datos
recogidos al aplicar la prueba del Programa Inter-
nacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA,
por su sigla en inglés), la que incluye a 50 países; en
todos ellos las niñas orientadas a las ciencias mostra-
ron preferencias por biología, agricultura y carreras
de la salud, mientras que los niños prefirieron carre-
ras en computación, ingeniería y matemáticas. Di-
ferencias que se observan aún entre los estudiantes
con mejores resultados académicos.
En nuestro país, la matrícula de mujeres en las
universidades es mayor que la de los hombres, fe-
nómeno que ocurre desde hace varios años y que
se verifica también en el resto de las institucio-
nes de Educación Superior. Las mujeres también
superan a los hombres en las tasas de titulación,
tendencia que es creciente. En los doctorados na-
cionales, por su parte, un 44% de los matricu-
lados en el periodo 2007-2015 son mujeres y, si
bien el porcentaje de mujeres en doctorados de
ingeniería y ciencias es más alto que el porcentaje
de mujeres matriculadas en carreras de pregrado
en esas mismas áreas, esta proporción es significa-
tivamente menor en el caso de los hombres.
Las desigualdades de género que podemos detectar
en el sistema de Educación Superior están vincula-
das y son producto de una serie de desigualdades a
lo largo del ciclo de vida de hombres y mujeres. A
pesar de que no se observan diferencias en los pri-
meros años en el sistema escolar, por ejemplo, ni-
ñas y niños tienen resultados similares en la prueba
Simce de matemáticas en 4º de Enseñanaza Básica,
ya se aprecian brechas en los cursos finales de este
ciclo, las que tienden a agudizarse con el tiempo y
que perjudican a las mujeres.
La evidencia disponible a nivel internacional y na-
cional muestra que estas diferencias se explican, en
gran medida, por razones socio-culturales, las que
por cierto son modificables con políticas adecua-
das. En efecto, desde los primeros años de vida se
diferencian los juguetes que le regalamos a niños y
niñas, y así también se observan diferencias en las
expectativas de los padres y los profesores respecto
de sus desempeños actuales y futuros.
Un estudio que realizamos con otros colegas en el
marco de un proyecto Fondecyt se enfocó en es-
tudiantes de Pedagogía Básica y ha permitido en-
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Dossier / Nº3 2016 / P.P.