Mientras los estudiantes se repartían en las distintas
salas de clases del Colegio Robles, en Villa Alemana,
un alumno se acercaba a la oficina de dirección con
un documento entre sus manos. “Traía un informe
psicológico que decía algo así como ‘trastornos de la
identidad de género’”, cuenta la directora del estable-
cimiento, Ana Donoso, respecto al episodio ocurri-
do a comienzos de este año. Se trataba de un niño
trans de octavo básico, quien desde entonces inició su
proceso de transición con apoyo de este colegio de la
región de Valparaíso.
“Antes trabajábamos en la lógica de las mismas opor-
tunidades y las mismas experiencias para todos, pero
no nos habíamos adentrado en el mensaje del currí-
culo oculto”, señala Donoso, quien nunca
estuvo de acuerdo en tratar este tema como
una patología y, por el contrario, junto a
la comunidad educativa solicitó ayuda ex-
terna inmediata para apoyar el proceso del
estudiante, como éste había solicitado, y así
también corregir lo que entonces identifica-
ron como un sexismo producto de la igno-
rancia frente al tema.
“Lo primero que se hizo fue una jornada
de sensibilización para toda la comunidad
escolar en torno a la transexualidad, las
identidades de género y las orientaciones
sexuales”, señala Donoso. “Fue una jornada
maratónica con estudiantes, docentes, fun-
cionarios y apoderados, porque teníamos
que avanzar rápido, teníamos que estar y acompañar
el proceso de una estudiante que antes era una niña y
ahora es un niño”.
Desde entonces el colegio no ha dejado de trabajar
en función de erradicar el sexismo. “Ha sido un ca-
mino súper intenso, que ha implicado no dejar de
hacer talleres, capacitarnos y hacer revisión del cu-
rrículo completo, y todavía estamos en eso”, detalla
la directora, quien también cuenta que ya no utili-
zan textos escolares, puesto que la planificación de
lectura no ha pasado la prueba, “todo es desde una
visión muy masculina y hetero-normativa”.
Se ha puesto cuidado en todo tipo de detalles, desde
la convivencia escolar a partir de preescolar hasta la
infraestructura del edificio, que hoy incluye baños
multisex que son utilizados por todos y todas las estu-
Un colegio en transición,
un colegio diverso
diantes. “Empezamos a modelar acciones curriculares
donde entendiéramos el concepto de género desde las
diversas posibilidades de cuerpo que se pueden tener,
y que es un nivel de desarrollo que se puede dar desde
preescolar”, explica Donoso.
Una de las mayores sorpresas que ha tenido la direc-
tora ha sido la naturalidad con que niños, niñas y
jóvenes han llevado estos cambios, ya sea frente a los
talleres o el proceso de transición de sus compañeros
trans, quienes desde entonces pidieron ser tratados
por su nuevo nombre y su nueva identidad de géne-
ro. Esto, aun cuando por disposiciones legales toda-
vía deban ver sus nombres actuales entre paréntesis
en la lista escolar y documentos oficiales.
“Como directora he descubierto lo difícil que es todo
este proceso que debe emprender una niña o un niño
trans”, afirma Donoso, quien en este tiempo ha segui-
do de cerca lo que viven sus estudiantes transgéneros.
“Uno de ellos está impaciente por sus cambios, y hay
que acompañar y contener esa impaciencia. Otro está
en una espera más tranquila”, relata Donoso respecto
a los procesos de transición de los estudiantes que aún
deben batallar con un sistema mayor que les pone tra-
bas, pese a los esfuerzos de este colegio
“Cuando estaba en las primeras capacitaciones, la psi-
cóloga dijo: ‘cuando una familia tiene un niño trans,
toda la familia es trans. Y si la escuela tiene un niño
o una niña trans, la escuela es trans’”. Y agrega, “efec-
tivamente, se producen transformaciones profundas
tanto en el estudiante como en la escuela. Si decides
invisibilizarlo no vas a entender ni te vas a abrir a los
cambios. Nosotros apostamos por visibilizar y trans-
formarnos”, afirma la directora.
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Dossier / Nº3 2016 / P.P.