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UNESCO: LA

IGUALDAD DE GÉNERO

EN Y A TRAVÉS DE

LA EDUCACIÓN

POR MARY GUINN DELANEY Y ELSPETH MCOMISH

Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe/Unesco Santiago

L

a igualdad de género es un elemento central

de una visión de la sostenibilidad en la cual

cada miembro de la sociedad respeta a los de-

más y desempeña un papel que le permite aprove-

char su potencial al máximo. Es una amplia meta

a la que la educación y demás instituciones sociales

deben contribuir.

Las Naciones Unidas han identificado la igualdad

de género como objetivo en sí mismo, y como una

estrategia central para alcanzar los Objetivos de Desa-

rrollo Sostenible acordados para el 2030. La igualdad

se refleja en la misma estimación de la experiencia,

conocimientos y valores de mujeres y hombres, y fa-

cilita oportunidades para participar en el desarrollo

político, económico, social y cultural, y beneficiarse

de los resultados, en iguales condiciones. Por tanto, la

inequidad de género – y específicamente la discrimi-

nación sustentada en el género – es una afrenta a un

derecho humano fundamental y un obstáculo para la

paz y el desarrollo.

Género, educación y derechos

Desde hace décadas se ha documentado el impacto

de la educación en la vida de una niña o mujer: mejor

salud, más capacidad de proyectar sus planes de vida,

más ingresos, menos violencia, mayor control sobre

su fertilidad y familias más sanas. Se han invertido

muchos recursos para asegurar una cobertura escolar

amplia, con énfasis en el acceso y la retención de las

niñas en el sistema formal de educación.

Las desigualdades de género tienen repercusiones im-

portantes en los derechos humanos fundamentales y,

de modo particular, en el derecho a la educación. Los

movimientos de mujeres en Latinoamérica han hecho

causa suya la necesidad de una educación democráti-

ca, libre de estereotipos, que no refuerce la discrimi-

nación femenina en el mundo del trabajo, la familia y

los espacios públicos de poder. Junto con estos movi-

mientos sociales, los organismos internacionales han

liderado los temas de género, promoviendo cambios

en políticas y prácticas que reflejan los prevalecientes

paradigmas del desarrollo. En la segunda mitad del

siglo XX, un reconocimiento creciente de profundos

sesgos dentro de instituciones y procesos resultó en el

concepto de la transversalización (“

mainstreaming

”)

de género en todas las actividades, que busca la igual-

dad a través del análisis e incorporación de perspecti-

vas de género en cada etapa del diseño, implementa-

ción y evaluación.

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P.P. / Nº3 2016 / Dossier