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Las ideas sobre la medición de las inequidades de gé-

nero en la educación y cómo erradicarlas, han visto

grandes transformaciones en recientes décadas. Como

la agencia especializada en educación de Naciones

Unidas, la evolución de las políticas y programas de la

Unesco claramente refleja estos cambios. Desde un en-

foque inicial en la garantía de igualdad de derechos, en-

tendido como el mismo nivel de acceso y participación

en la educación y la capacitación para niñas y niños, el

abordaje de la Unesco se ha complejizado para incor-

porar una mirada más analítica al rol de los sistemas

educativos en la formulación de relaciones positivas (o

negativas) de género en el contexto social más amplio,

las identidades de género y las inequidades entre los

y las estudiantes, y los procesos educativos capaces de

transformar a las sociedades.

Desigualdades que persisten

Igualdad de género significa igualdad de derechos,

responsabilidades y oportunidades para mujeres y

hombres y para niñas y niños. Supone tener en cuen-

ta los intereses, necesidades y prioridades de mujeres

y hombres, reconociendo la diversidad. La educación

es un pilar básico para transmitir estos valores desde

edad temprana. La igualdad de género es un princi-

pio relativo a los derechos humanos, un prerrequisito

para un desarrollo sostenible centrado en las personas

y un objetivo en sí mismo.

A fin de diseñar e implementar programas que pue-

dan apoyar la igualdad de género, primero hay que

identificar y determinar la magnitud de la inequi-

dad de género en educación. Urge una revisión de

los factores que pueden contribuir al surgimiento y

expansión de dichas inequidades. Las evaluaciones

educativas como el Tercer Estudio Regional de la

Calidad de Educación, TERCE, ofrecen valiosa in-

formación ya que identifican inequidades educativas

por género, a nivel de asignaturas. Los niños tienen

ventajas significativas en Matemática y las estudian-

tes tienen una ventaja similar en lectura y escritura.

Estas diferencias acarrean consecuencias impor-

tantes. Menores niveles de competencia en lectura

pueden significar la probabilidad de repetición y

abandono escolar temprano y, como resultado, re-

ducir la participación de los varones en Educación

Terciaria y sus oportunidades profesionales. Asimis-

mo, el bajo rendimiento en Matemática y Ciencias

entre las niñas puede reducir su interés por carreras

en computación, ingeniería y ciencias.

Igualmente importantes son las diferencias que se

van acentuando en el sexto grado, implicando que la

brecha de género crece en los primeros años, acompa-

ñándose por la socialización de género dentro y fuera

de la educación formal. Se vinculan más las ventajas

de las niñas con factores familiares como nivel socioe-

conómico, ubicación geográfica, hábitos de lectura de

los padres, nivel de educación de la madre, expecta-

tivas de los padres y supervisión y apoyo de estos a

la enseñanza. Sin embargo, en los niños los vínculos

entre estos factores y el desempeño académico son

menos obvios.

“Los movimientos de mujeres en Latinoamérica han

hecho causa suya la necesidad de una educación

democrática, libre de estereotipos, que no refuerce la

discriminación femenina en el mundo del trabajo, la

familia y los espacios públicos de poder”.

P.47

Dossier / Nº3 2016 / P.P.