Esperanza Díaz es profesora de Historia y Geografía
en el Colegio Rucalhue de Hualpén (región del Bio-
bío) y hace cuatro años decidió levantar el Círculo de
Mujeres Rucalhue junto a la orientadora del estable-
cimiento. Actualmente, también existen el Círculo
de Hombres y el Círculo de Apoderadas, sin embar-
go, fue el de las estudiantes el que dio el puntapié
inicial a las prácticas y reflexiones de una educación
no sexista al interior del colegio.
“La escuela es una institución
per se
muy masculina y
patriarcal, entonces éstas son las pequeñas vías de es-
capes que una puede generar dentro de ella”, explica
Díaz respecto a por qué surgió este espacio dentro de
un colegio mixto particular subvencionado.
El Círculo se reúne cada quince días y está dirigido a
estudiantes de quinto básico a cuarto medio. La ló-
gica que se instala en este espacio es completamente
distinta a la formal, sustituyendo las clases expositivas
por el diálogo y la horizontalidad. Los temas que se
abordan son diversos, aunque en su mayoría tienen
relación con las inquietudes de las estudiantes, “que
no se abordan en un colegio mixto masculinizado”,
entre ellas, la historia de las mujeres, el sexismo en la
educación, sexualidad y violencia.
“Las chicas han sido capaces de reconstruirse desde
otra posición que no sea la de subordinada y los roles
tradicionales, al mismo tiempo que se han atrevido a
opinar más en clase y están más conscientes de lógicas
El círculo no sexista de Rucalhue
machistas que ahora tratan de evitar, como la compe-
tencia entre ellas mismas. También se atreven a hacerles
ver a las y los profesores que están siendo sexistas en sus
prácticas cuando lo identifican”, cuenta la profesora.
A raíz de lo positivo que ha resultado el taller es que
el colegio decidió desarrollar los otros dos círculos,
donde el de hombres fue particularmente promovi-
do por las estudiantes, quienes querían que estas re-
flexiones también las tuviesen sus compañeros. “Hoy
los y las estudiantes hablan de patriarcado, feminis-
mo y violencia, y se han transformado en temáticas
que a ellos y ellas les preocupan, y esto también es
educación no sexista”, plantea Díaz.
La profesora reconoce que la iniciativa de los círcu-
los ha instaurado temáticas en el colegio, pero aún
evidencia un currículo oculto sexista frente al cual
considera necesaria una reflexión de la comunidad
educativa. “Muchas veces ellas cuentan que notan
que quienes más opinan son los niños, que a las ni-
ñas más ordenadas se les suele sentar al compañero
desordenado al lado, o el mismo hecho de que ellas
deban usar faldas y los niños pantalones”.
Frente a esto, Esperanza Díaz habla del necesario cues-
tionamiento a lo “tradicional” para generar cambios.
“El aula por sí sola no alcanza, la hora y media que ten-
go para hacer Historia no alcanza ni basta, es necesario
idear otras formas de llegar a las y los estudiantes con
otros temas y de una forma realmente crítica y trans-
formadora. Y para mí eso es el Círculo de Mujeres, un
espacio de respiro en este sistema tan agobiante”.
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P.P. / Nº3 2016 / Dossier