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vestigador quienes expresan en palabras y prácticas el sentido de sus vi-
das, su cotidianeidad, los hechos considerados extraordinarios por ellos
(Guber, 2001). La investigación de campo no es otra cosa, según Geertz
(1998) que la inmersióndel investigador enel universosocial ycosmológico
de los sujetos, los grupos, con los que interactúa. Ello le posibilita descu-
brir un orden en la vida de los mismos. En oportunidad de un trabajo de
campo prolongado en la región del Chaco argentino, ansiosa por encon-
trar una respuesta a mi problemática de análisis, le pregunté a un líder:
"¿Qué es para usted el territorio?". Mi sorpresa fue mayor que la incom-
prensión de sumirada ante lo que parecía no tener sentido alguno para él.
Finalmente, me respondió con otra pregunta, que resumía el significado
exacto de lo que paramí era -apenas- un concepto explicativo: "Ah! ¿Us-
ted dice ‘la denuncia’?". Era evidente que para este líder el territorio no
eramás que un significante vacío porque el sentido que esta palabra tiene
en su vida es la batalla judicial que estaban dando para obtener la propie-
dad de sus tierras.
La denuncia
era la síntesis que mejor expresaba el
sentido total que en sus vidas tiene eso que nosotros llamamos territorio.
Entendí entonces que si la descripción etnográfica me había permitido
reconstruir interpretativamente qué estaban pidiendo, por qué y cómo, el
sentido último de todo este proceso ("caso", para los abogados) me lo
brindaba la propia reflexividad del líder.
La antropología complementa la investigación en terreno con observa-
ción participante y entrevistas abiertas, con estancias prologadas en el
lugar donde viven las personas, los grupos, con los cuales trabajamos.
Este requerimientometodológico (trabajo de campo) impacta en la sub-
jetividad del investigador. La convivencia apareja alegrías y sufrimientos;
ambos comprometen la afectividad. Desde el dolor que nos provoca la
desaparición de antiguos compañeros de tarea hasta la alegría del
reencuentro con quienes hacía tiempo no veíamos. Lloramos y reímos con
ellos. Seguimos sus trayectorias de vida, nos sumergimos en sus experien-
cias vitales, compartimos cada acontecimiento que los acompaña en sus
vidas.