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a esta reunión porque es una reunión con nuestros abogados y ella no es
abogada. Esta es nuestra decisión y pedimos que se nos respete". Sentí la
herida de su rabia enmi pecho, pero no intenté
defenderme.Alcontrario,
acaté su pedido de respeto, pese a que esto no aliviaría mi dolor. Se había
roto el afecto que antaño nos había unido.
Más tarde transformé el episodio en una oportunidad para saber qué
estaba pasando. ¿Cuál era el conflicto que la presencia de la antropóloga
provocaba? Mejor dicho, ¿qué conflictos me estaban informando estas
actitudes de desprecio y rechazo haciami persona? Si en el ejemplo ante-
rior mis actividades me convertían en sospechosa, este otro me estaba
haciendo llegar una información de la que carecía, o no podía alcanzar a
comprender del todo desdemi confortable rol de asesora. Godelier utiliza
la figura del bufón para representar la figura del antropólogo como catali-
zador de tensiones del campo (Diego Zenobi, comunicación personal,
agosto 2013). ¿Cuáles eran los conflictos que estaban ahí?
Una pléyade de nuevos actores, cada uno con sus convicciones, se
había sumado en el último tramo de este reclamo de más de quince años.
El pedido inicial de un título único a nombre de todas las comunidades,
sobre una superficie unificada, había sufridomodificaciones como resulta-
do de la multitud de reuniones e intervenciones de terceros. No solo los
asesores técnicos y legales llevaban sus opiniones a los dirigentes; los
funcionarios de gobierno los presionaban con llamados telefónicos para
"acordar" puntos de vista, estrategias y metas antes de las reuniones. La
Comisión Interamericana deDerechos Humanosmantenía su rol político
de árbitro entre los peticionarios y el Estado. El estado de cosas había
llevado a la dirigencia a aceptar la propuesta del Estado, y a los asesores
técnicos y legales a dialogar con la población criolla que ocupa gran parte
de la superficie reclamada para distribuirse entre ellos las porciones de
tierra a titular a cada grupo. En este escenario, mi presencia de testigo
calificado para brindar una opinión que recuperara la historia compleja
del reclamo era vista como un obstáculo para la dirigencia. La posición