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Cuando se me solicitó opinión sobre uno de los puntos de la pericia
referido a la "cultura y forma de vida de los indígenas imputados", y a
medida que relataba en qué consiste una expedición de caza y la significa-
ción que esta actividad tiene como eje organizador de lomasculino en esa
cultura, observé que los acusados, que se habíanmostrado ensimismados
y desatentos durante las sesiones previas, cambiaban de actitud amedida
que yo leía mi testimonio, asintiendo con la cabeza a lo que iba diciendo.
Paralelamente, anoté en mi cuaderno que ante ello los jueces también
cambiaron de actitud. Si antes semostraron en total dominio de lo que allí
acontecía, ahora parecían desestabilizarse, y sus rostros exhibían gestos
de incredulidad y cierta subestimación hacia el carácter de la información
que se proporcionaba (Carrasco, 2013b).
Este breve ejemplo es ilustrativo de las propiedades interpretativas
que brinda la descripción etnográfica al facilitar la articulación vivencial
entre teoría y referencia empírica. La interlocución entremi yo y el campo
en el ejercicio de relectura del registro escrito me abre otras preguntas;
me induce a repensar el abordaje metodológico y revisar conceptos que
deberán ser cambiados, reformulados o confirmados en esta o en futuras
investigaciones.
El problema de la interpretación, la emoción y los afectos
En su trabajo sobre el valor de la pericia antropológica para el sistema
judicial, Moreira (2007) señala que una de las desventajas de esta es la
noción de "certeza" que se establece entre la antropología y otras discipli-
nas: concretamente, lasmatemáticas, la genética o la criminalística. El au-
tor considera que el antropólogo desarrolla una función de "traductor" de
una realidad que él mismo interpreta, y agrega que: "en lamedida que esta
interpretación aleje al juez o las partes de la ‘verdad’ que se busca, su
informe tendrá menos utilidad en términos de comparación" (Moreira,
2007: 19). Si bien -agregamás adelante- "ninguna ciencia garantiza por sí