Oriente medio : una eterna encrucijada - page 177

Oriente medio: una eterna encrucijada
177
A inicios del conflicto, Irak logró penetrar las defensas iraníes en torno
al Shatt el Arab atacando las ciudades y las instalaciones petrolíferas del
Juzistán (llamado Arabistán por los árabes). La estrategia apuntaba a des-
truir refinerías y rutas de transportes del oro negro, asfixiando económica-
mente al régimen de Jomeini que terminaría cayendo. Sin embargo, este
último objetivo no se concretó. Más bien, se produjo el despertar del pa-
triotismo iraní unido al fervor religioso revolucionario. Jomeini eliminó
toda oposición, aglutinando a la nación tras el esfuerzo bélico. El ayatollah
aseguró la victoria tras la cual prometía «establecer un gobierno islámico
en Irak y destruir el régimen iraquí de la misma forma que el del Sha».
Para mediados de la década los puertos del Golfo habían sido inutiliza-
dos y los centros urbanos eran constantemente atacados por artillería aé-
rea. En febrero de 1986 las fuerzas de Irán cruzaron el Shatt al Arab,
logrando capturar la ciudad iraquí de Al Fao. A fines de ese año Teherán
lanzó una mayor ofensiva contra Basora. El movimiento fue definido por
Teherán como el preludio de la caída de Hussein. Luego de dos meses la
campaña fracasó dejando grandes pérdidas humanas y una moral deterio-
rada. El ejército de Irak, apoyado por su Fuerza Aerea, retomó la iniciati-
va atacando las posiciones iraníes, aunque sin lograr un triunfo decisivo.
En julio de 1988 Jomeini aceptó el llamado a terminar las hostilidades
patrocinado por Naciones Unidas. Ello hizo aparecer a Irak como el ganador
de una victoria pírrica; en la realidad ambos contendores estaban exhaustos.
Entre las principales víctimas de un conflicto que cobró cerca de un
millón de vidas, estuvieron las poblaciones civiles de las regiones fronteri-
zas y de las grandes ciudades del interior. Estas sufrieron los efectos de una
política de «guerra total» que no escatimó la utilización de armas químicas,
como el gas mostaza, o de las temibles bombas racimo. Las economías de
ambos beligerantes quedaron desbastadas. Al finalizar la lucha sus fuerzas
productivas estaban postradas, en especial la industria del crudo, cuyo flujo
mundial fue interrumpido en los momentos más álgidos del conflicto.
La paradoja radicó en que mientras sus economías se malograron, sus
liderazgos permanecían saludables e incluso vigorosos. Tanto la jefatura
de Saddam Hussein en Irak, como el liderato del ayatollah Jomeini en
Irán salieron fortalecidos del conflicto bélico. Este último caso fue más
llamativo dado que la revolución islámica se había hecho del poder poco
más de un año antes del inicio de las hostilidades. Pero Saddam Hussein,
que disfrutó del respaldo militar estadounidense, también estaba potencia-
do. De hecho, se sintió tan fortalecido que creyó que podía hacerle frente
a cualquier conflicto en la región. Dicha premisa le animaría a otra aven-
tura militar solo dos años después con la invasión a Kuwait.
1...,167,168,169,170,171,172,173,174,175,176 178,179,180,181,182,183,184,185,186,187,...250
Powered by FlippingBook