Las huaneras de Mejillones - page 33

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ví. Conocí claramente que sigue la misma formacion del continente, que habia
observado en toda la costa, hasta cerca de Cobija, es decir, una meseta alta como
de 600 metros que cae de repente hácia el mar.»
Como se vé, no se puede dar una descripcion física mas minuciosa, un
análisis mas escrupuloso de todas las condiciones naturales i elementos inte-
grantes de una porcion del globo. A la mirada perspicaz del sabio investigador,
no se han escapado siquiera ciertos pequeños oyos de insectos o alimañas, i ha
buscado en vano una pajita para medir esas cuevas. Pero entre tanto no se imaji-
nó por un momento que andaba i pisaba los inmensos lechos seculares de huano,
ocultos bajo sus plantas por unos cuantos decímetros de caliche i ripio estrati-
ficado. Un oscuro industrial, sin conocimientos científicos de ninguna especie,
habia de ser quien diese con el tesoro, impulsado tan solo por las inspiraciones
de su esperiencia, i guiado por una série indeterminada de inducciones empíri-
cas. I como para que resaltase mas la singular eficacia de ellas, he aquí que hai
una senda formada por los huaneros de Angamos que van al morro en busca de
leña, i los cuales, sin embargo, jamas descubrieron el huano de aquel paraje.
¿Ni cómo esplicar, por otra parte, su estraño silencio, si es que algo vie-
ron o sospecharon? Porque es necesario que nuestros lectores convengan de
todo punto con nosotros en estos dos hechos importantes i de grave significa-
cion.— Una profunda ignorancia existía en la República acerca de la existencia
del huano de Mejillones.- La compañía de Torres, Lopez i Garday la sacó de
esta ignorancia cuando anunció que habia encontrado en dicho punto grandes
depósitos de huano escondidos a tres i mas metros de profundidad. Esto es lo
que nadie se atreverá a negar. Si alguien dió antes de entónces con los depósitos
¿cómo es que nada ha revelado, cómo es que no se empeñó, por si o con la co-
operacion de otros, en la esplotacion de ese huano?
Pero si el supuesto descubridor anduvo en un principio sobre manera
neglijente en no aprovecharse de su descubrimiento ni dejar a lo ménos que
otros se aprovechasen, su estraordinaria inaccion a este respecto raya en insen-
satez desde que ha visto que otros han venido sobre el tesoro, se han puesto a
esplotarlo se han presentado a las autoridades dándose el título de descubridores,
lo aseguran así por la prensa, i finalmente le piden como tales un premio al Con-
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