Las huaneras de Mejillones - page 38

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No era éste, con todo, aunque bastante, el único título que los descu-
bridores poseian; pues que, deseosos siempre hasta el estremo de arreglar sus
procedimientos a la lei, presentóse tambien don Juan Garday ante el Intendente
de Atacama en diciembre del año anterior, al mismo tiempo que pidiendo terre-
nos para levantar edificios, solicitando amparo en la esplotacion que hacian a
costa de mil trabajos. Nuestros lectores pueden ver esta solicitud agregada bajo
el núm. 6, i así mismo verán que aquel funcionario ordenó que se les amparase
en la esplotacion (
núm, 7
). Siempre la misma claridad en las peticiones de los
descubridores; siempre concesiones inequívocas por parte de las autoridades i
ajentes cuyo patrocinio invocaron.
En el articulo del
Araucano
a que hemos aludido, se agrega que las con-
testaciones del Gobierno no han podido ser ni mas precisas ni mas claras. Si
por claridad se entiende la precision en resoluciones que permanecen ocultas,
llegando desfiguradas a quien las pide, convenimos en que ha habido claridad;
pero si a esta palabra se atribuye su verdadera significacion i lejítimo alcance,
si la claridad se refiere al exacto i cabal tenor de las providencias que llegan a
manos del que las impetra, diremos que la ha habido i completa en contra de lo
que se pretende probar: hubo claridad en la contestacion del cónsul por la cual
se les previno podian esplotar i esportar; hubo claridad en el decreto de la Inten-
dencia de Atacama que les amparaba en la esplotacion, i por desgracia la hubo
tan plena para los descubridores, que no temieron comprometer en la empresa
hasta el último pan de sus hijos.
No ha sido el aturdimiento, como se dice, el que les dominó en su pro-
ceder. Confiaron en las resoluciones que se les comunicaban, no se permitieron
dudar por un instante, ni ¿cómo habian de hacerlo? de la veracidad de lo que
solemnemente se les anunciaba, i procedieron apoyados en la mas cabal buena
fé, hasta que últimamente se les dice que sus conceptos son falsos, sus títulos
mentirosos i solo cierto que el engrandecimiento del pais coincide para ellos
con su completa ruina. En nuestro caso, o se niega toda fé a los documentos
oficiales i se introduce el desórden i la desconfianza, o se les dá el mérito que
siempre les acompaña i se indemniza a los que, confiados en ellos, espusieron
dia a dia sus vidas i sacrificaron sus fortunas para descubrir un tesoro inmenso
cuanto ignorado. La opinion pública no se engaña. Juzgará i con razon que vale
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