Transparencia y probidad pública: estudios de caso en América Latina - page 17

El rol de la sociedad civil argentina en los procesos a favor de la integridad… / Roberto Saba / pp. 17-30
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raising”) sobre el mismo, como algo diferente de “mayor conocimiento” (“greater awareness”).
Lo primero implica no sólo saber que el problema existe, sino que además es necesario actuar
para solucionarlo.
El autor cita como ejemplos la calidad del medio ambiente y los peligros del
VIH-Sida; (b) “trabajar el problema” (“working through”). Una vez que se tiene conciencia del
problema, se debe asumir la necesidad de un cambio, abandonando la postura pasiva-receptiva
e involucrándose en la búsqueda de la solución; (c) la “decisión” (“resolution”) fundada en los
balances de los pros y contras de cada alternativa sopesada en la segunda etapa
6
.
Uno de los grandes desafíos de los primeros momentos de la lucha por la transparencia y el
control de corrupción consistía en que la mayoría de la gente advirtiera que el problema merecía
atención y acción desde la sociedad civil. Para Poder Ciudadano, fue necesario enfrentar este reto
trabajando en diversos ámbitos en forma simultánea. A fin de colocar la cuestión en la agenda
pública, se llevó el debate sobre la corrupción y sus consecuencias a la escuela, la administración
pública, las universidades, los medios de comunicación y el sector empresarial. Con este fin se
organizaron decenas de desayunos periódicos con periodistas, personas de negocios y académicos
con el propósito de discutir dos preguntas: ¿cómo afecta la corrupción su propia actividad? y ¿qué
puede hacer usted para contribuir a solucionar el problema?
En estas reuniones cerradas, en las
que era crucial la confianza en la institución convocante, los diferentes actores llegaban incluso
a reconocer que estaban involucrados en hechos de corrupción, pero empujados por situaciones
estructurales de las que ellos mismos querían salir, aunque les resultaba imposible hacerlo salvo
que estuvieran dispuestos al heroísmo.
Un caso característico fue el de los empresarios que
realizaban negocios con el Estado, quienes admitían que la única forma de hacer su trabajo era
pagando las “coimas” solicitadas por los funcionarios públicos porque, de otra manera, serían sus
competidores los que lo harían y pondrían de ese modo en riesgo la supervivencia de la propia
empresa.
Se iba explicitando en estos grupos, de este modo, que la corrupción en Argentina era
un fenómeno estructural ampliamente esparcido
7
.
A fin de lograr que la sociedad entrase en la fase de tomar conciencia del problema en un sentido
proactivo, se logró introducir el tema en los programas de estudio de la carrera de Ciencia Política
de la Universidad de Buenos Aires y de capacitación del personal de la administración pública,
lo mismo que en programas de postgrado sobre temáticas relacionadas
8
.
También se utilizó una
metodología desarrollada por la Fundación Kettering de los Estados Unidos para generar los de-
nominados Foros de Interés Público, convocando a todo tipo de personas no expertas para que
debatieran el problema y las vías de solución.
Esta metodología consistía en la producción de
guías de discusión que presenta a los participantes de un foro un “estado del debate”, posibles
formas de entender en qué consiste el problema y estrategias posibles de políticas para enfrentarlo,
con sus pros y contras
9
.
Finalmente, también se apuntó a involucrar a los más jóvenes, incluso a estudiantes de escuelas
primarias.
Una encuesta realizada por Gallup Argentina en 1992, para la Fundación Poder Ciudadano, dejó
constancia de lo que algunos dirigentes políticos negaban que la corrupción se ubicara como
uno de los dos problemas que más preocupaban a los argentinos.
La corrupción, junto con la
6
Ídem
, pp. 63-65.
7
Sobre el dilema de los prisioneros aplicado a casos de corrupción, ver M
oreno
O
campo
L.
Op. Cit.,
nota 4, pp. 24-26.
Para un enfoque similar ver N
ino
C.
Un país al margen de la ley
. Ariel, Buenos Aires, 2006.
8
Para un desarrollo más amplio del Programa de “Iniciativa Privada para el Control de la Corrupción” de aquellos años,
ver O
yhanarte
M.
Op. Cit.,
nota 1, pp. 162-173.
9
Sobre el dilema de los prisioneros aplicado a casos de corrupción, ver M
oreno
O
campo
L.
Op. Cit.,
nota 4, pp. 61-62.
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