Idealismo e imperialismo en la política exterior de estados Unidos - page 45

Para él, los países socialistas bajo el liderazgo de la Unión Soviética
son los oponentes más poderosos de la libertad en la tierra
y
la
única
doctrina importante que cuestiona los Derechos Humanos por prin–
cipio. Para los 'Otros g.rupos, el problema de los Derechos Humanos
es un problema que trasciende las necesidades básicas
y
la capacidad de
expresión de los individuos. Es un problema vinculado al derecho
de
los
pueblos y por lo tanto supone un nuevo orden internacional.
Autores como Peter Berger
76
atacan
la
forma etnocéntrica y occi–
dent>alista en que se han definido los Derechos Humanos. Para él, los
derechos políticos o económicos son sólo occidentales y lo que importa
es proteger a los pueblos de la guerra y otorgarles una decencia mÍni–
ma que sea común a todas las civilizaciones y religiones del mundo.
Su excesiva preocupación por el colonialismo, guerras de invasión,
im~
perialismo, genocidios y por la cultura autónoma, hacen difícil de ma–
terializar su contribución al debate sobre los Derechos Humanos, pero
su aporte es interesante por ser más universal. Fouad Ajami, en un
trabajo para el W-OMP,77 critica a los EE. UU. por transformarse en
campeón de los Derechos Humanos mientras se opone al NOEI. Tam–
bién critica a
los
líderes del Tercer Mundo porque hablan de iguali–
tarismo para el exterior pero en sus países mantienen las enormes desi–
gualdades raciales y sociales; además su preocupación radica en
el
armamentismo y en las calamidades de la guerra como las peoresnme_
nazas a los Derechos Humanos. Dentro de esta perspectiva, los Dere–
chos Humanos son parte integral de un proceso de reformas naciona_
les e internacionales. Como vemos,
el
debate sobre los Derechos Hu–
manos tiene varios matices dentro del mundo académico y político.
La importancia de los matices es cmcial, por cuanto de ello depende
la coherencia, realismo y globalidad de estas políticas. La existencia
de estos matices explica
el
atractivo de este mensaje, que reúne a los
más diversos grupos de presión en EE. UU. y el extranjero.
Como dijimos al comienzo, estas políticas por el momento son
expresión de diversas inquietudes y grupos de intereses. Lo que une
a estos gmpos es un "manifiesto" que aún no conduce a una política
global ni menos ha provocado una revolución o cambio cualitativo en
las relaciones internacionales de los EE. UU. Larz Schoultz, en una
interesante encuesta entre los 91 expertos que existían sobre este pro.
blema, concluye entre otras cosas: que el Congreso está medianamente
preocupado por las causas de las violaciones de los Derechos Humanos
y
prefiere evitar el problema; simplemente, pretende obligar al Pre-
76
Berger Peter, Commentary 64, sep. 1977. Esta falta de "ecumenis–
mo" de este debate es una gran desventaja para llegar a buscar ciertas
huellas universales de los Derechos Humanos.
TI
Fouad Ajami, en World Order Model Projeet, Monographies
N9
4,
1978.
44
1...,35,36,37,38,39,40,41,42,43,44 46,47,48,49,50,51,52,53,54
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