Oriente medio : una eterna encrucijada - page 75

Oriente medio: una eterna encrucijada
75
linaje controla en exclusiva los procesos de decisión política, respaldándo-
se en dos grupos influyentes de los ulemas y los jeques tribales.
Palestina
El historiador y periodista británico Brian Lapping hace el siguiente
comentario sobre Palestina: «Para Gran Bretaña la colonización de Pales-
tina fue un desastre desde un comienzo hasta el final»
47
. Los británicos
habían exigido y obtenido Palestina para estar más cerca del Canal de
Suez, que era la yugular del tráfico marítimo con la India y, al mismo
tiempo, para dar cumplimiento al compromiso contraído con el sionismo
por medio de la Declaración Balfour. En 1922 el Gobierno británico entre-
gó oficialmente el
Churchill White Paper
, documento que contenía la po-
lítica británica para Palestina, cuyo contenido había sido dado a conocer
–en mayo de ese año– a la delegación palestina. El 1 de junio se iniciaron
las conversaciones entre los representantes palestinos, Sir Herbert Samuel
y un funcionario del Colonial Office. Estas no avanzaron en nada, porque
los palestinos expresaron que no variarían su posición, en el sentido que
rechazaban el Mandato y la Declaración Balfour. Por su parte, el Gobier-
no británico refutó oficialmente la demanda de la delegación palestina
que sostenía que Palestina al oeste del río Jordán estaba incluida en el
compromiso contraído por Sir Henry McMahon con el Jerife Hussein.
La política británica –en el citado documento– sostenía, entre otros,
los siguientes conceptos para Palestina: el Gobierno de Su Majestad afir-
maba la decisión de noviembre de 1917, la cual no era susceptible a nin-
gún cambio; un Hogar Nacional Judío sería establecido en Palestina; tam-
poco contemplaba la desaparición o subordinación de la población árabe,
su idioma o su cultura; el status de todos los ciudadanos de Palestina sería
palestinos, ningún otro grupo de la población tendría otro status ante los
ojos de la ley; se harían esfuerzos para adoptar las medidas necesarias
para un autogobierno en Palestina; la especial posición de los sionistas no
les concedía participar en el gobierno del país; y, la inmigración no podría
exceder la capacidad económica del país. De lo anterior se desprende que
la promesa dada a los judíos de la creación de un hogar nacional en
Palestina, seguía vigente pero carecía de una definición concreta. Las pro-
mesas efectuadas –en términos generales– a los árabes parecían desvane-
cerse, solo se adquiría el compromiso de proteger a la población nativa.
La situación entre palestinos y judíos se iba polarizando, mientras los
47
Lapping, Briand,
End of Empire,
London, Granada Publishing, 1985, p. 104.
1...,65,66,67,68,69,70,71,72,73,74 76,77,78,79,80,81,82,83,84,85,...250
Powered by FlippingBook