Oriente medio : una eterna encrucijada - page 84

Gilberto Aranda y Luis Palma
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como algo inevitable. Los británicos al imponerse que los palestinos ha-
bían efectuado contactos con los alemanes, decidieron convocar a delega-
ciones de palestinos, judíos, egipcios, sauditas, yemenitas, iraquíes y
jordanos a la ciudad de Londres. La conferencia se llevó a cabo el 7 de
febrero de 1939 en St. James Palace. Los palestinos insistieron que Palesti-
na debería ser independiente, que se anulara el Mandato y que se abando-
nara el concepto de un Hogar Nacional Judío. Gran Bretaña rechazó estas
demandas y solo ofreció restringir la inmigración judía a 80.000 para un
período de diez años, cifra que debería ser revisada al término de estos
años y sometida a la aprobación de los árabes.
El recién designado secretario de las Colonias, Malcom MacDonald,
elaboró una nueva política del gobierno encabezado por el P.M. Neville
Chamberlain, presentándola en un nuevo
White Paper
de 1939, reiterando
las obligaciones del Mandato de asegurar el establecimiento de un Hogar
Nacional judío, proteger los derechos civiles y religiosos de todos los ha-
bitantes de Palestina y colocar el país bajo condiciones políticas, adminis-
trativas y económicas que pudieran ser viables.
Para el sionismo la partición era convertir en realidad el sueño de
Herzl. Aunque el porcentaje de territorio que se les entregaba no era lo
que aspiraban, las posibilidades de crear un Estado judío en la Tierra
Prometida, se encontraban más cerca que nunca. El doctor Weizmann
comentó: «Los judíos serían tontos al no aceptar (un Estado) aunque si este
fuera del tamaño de un mantel»
50
. El
Papel Blanco
de MacDonald no solo
desestimó la intención de dividir Palestina para la creación de un Estado
judío, sino que además, restringió para siempre la inmigración sionista a
Palestina, sin embargo, a pesar de la actitud de las autoridades británicas,
la posición de los judíos en Palestina se mantuvo bajo las siguientes pala-
bras de su líder David Ben Gurion: «Combatiremos con Gran Bretaña en
esta guerra como si no existiera un
Papel Blanco
y combatiremos el
Papel
Blanco
como si no hubiera guerra»
51
.
Asimismo, el
Papel Blanco
señalaba que –probablemente– anteriores
declaraciones podrían haber inducido a confusión y preocupación, por lo
cual el «Gobierno de Su Majestad manifestaba ahora que –inequívoca-
mente– no era parte de su política que Palestina debiera llegar a ser un
Estado judío» y agregaba «que toda la Palestina, al oeste del Jordán,
estaba excluida de las promesas de Sir Henry McMahon, por lo tanto, su
correspondencia, no podía aceptarse que formara parte de una documen-
tación legítima para reclamar que Palestina debiera convertirse en un Es-
50
Lapping, Brian,
op. cit.
, p. 114.
51
Ibid
.
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